“Sé que puedo, sé que puedo, sé que puedo …
¡sabía que podía! “
Para celebrar nuestro aniversario, Jorge y yo hicimos nuestro primer salto tandem a 4km de altura.
A la avioneta le toma unos 20 minutos llegar a la altura indicada, así que mientras tienes mucho tiempo para sentir toda clase de emociones: nervios, emoción, euforia, miedo, alegría … esa cosa de no saber qué esperar.
Por fin llegas. A esa altura hace frío, pero se siente calor, mucho calor. Ves como uno a uno, se empieza a vaciar el avión … y llega tu turno. ¡Ay nanita, recórcholis! – y otras que no voy a poner jo jo-. Ya no sientes ni piensas nada y después, un vacío en el estómago: vas caída libre unos 2.6km sintiendo que se te sale el corazón de la emoción, después, se abre el paracaídas y la vista es tan increiblemente hermosa, que vuelves a quedarte sin aliento.
Para cuando “aterrizas” estás en una especie de shock, pero con una sensación de haber logrado algo importante que requiere de valor, de nervios de acero y que en pocas palabras, puedes comerte el mundo y te sientes parte de una especie de “Club de Superhéroes”.
Si soy sincera, yo pensé que estando arriba, la razón y la cordura regresarían a mí (bueno, sí, la palabra correcta sería muuucho miedo ja ja) y me impedirían saltar, pero eso no sucedió y cuando menos me dí cuenta, estaba “volando”.
Les quise compartir esta experiencia tan personal porque pienso que se parece al proceso de cumplir una meta:
1. Le preguntas a otros que han recorrido un camino similar y pasan por tu mente toda clase de pensamientos: Quieres saber qué esperar, pero ahora, el camino es sólo tuyo y hasta recorrerlo sabrás de qué se trata.
2. Llega el momento de actuar y de darle con todo: no hay vuelta de hoja, ya te lanzaste al vacío ¿no?
3. Ves las cosas desde otra perspectiva que antes no tenías: y está padre, enriquecedora.
4. Tus piecitos tocan otra vez la tierra y ves que con determinación y compromiso no hay quien te detenga: te codeas con Superman o La Mujer Maravilla.
5. Volteas al cielo y te dices, que ya sabías que podías hacerlo
Yo creo que la mejor parte de un sueño o meta es ponerle fecha y dar el primer paso para convertirlo en acción.
Ya sea una meta, tus sueños de la infancia, tus propósitos de año nuevo (o de cualquier momento), mejorar tus hábitos de alimentación (jeje), esta película sólo pasa una vez