Esta etiqueta trata de clasificar a todas aquellas personas que vamos encontrando a lo largo de nuestra vida y que tornan las relaciones en traumáticas, desgastan emocionalmente, generan emociones negativas del tipo tristeza, culpa y desánimo y terminan por generar la necesidad de romper el vínculo afectivo con ellas.
Competidores, celosos, descalificadotes, arrogantes, soberbios, egocéntricos, manipuladores, absorbentes, déspotas, mentirosos, pesimistas, depresivos, insatisfechos crónicos, mediocres…
Las personas tóxicas transmiten tal carga negativa que son capaces de “contagiar” a quienes se los cruzan, son aquellas en cuya presencia, al cabo de cierto tiempo, comenzamos a sentirnos cansados, ansiosos y bajos de energía, pueden generarnos un estado de “intoxicación emocional”. Actúan de manera intimidante, usan las relaciones como vehículo para conseguir sus fines, seducen y manipulan para obtener lo que desean de los demás, critican permanentemente, son eternos insatisfechos donde siempre hay lugar para la queja sin proponer alternativas de solución, apelan al rol de víctima para generar culpa y pena, entre otras estrategias para manipular el entorno.
“Las relaciones tóxicas tienen un alto coste emocional, el dolor psíquico se convierte en el mejor aliado para identificarlas, frenarlas y recuperar el control”
Las relaciones tóxicas tienen efectos directos sobre nuestro bienestar psíquico, bajan el nivel de energía, de confianza y seguridad en uno mismo, producen sentimientos de angustia, depresión, tensión y ansiedad que se traducen en dolencias psicosomáticas (dolores musculares, contracturas, rigidez, trastornos gastrointestinales, entre otras), afecciones que se convierten en la señal de alarma de que “algo” no nos está sentando bien.
“Aprender a decir No, a expresar emociones con independencia del receptor del mensaje, desarrollar la confianza en uno mismo y seleccionar de forma activa las relaciones que mantenemos, nos protege”
Frente a la toxicidad en las relaciones podemos protegernos a través del desarrollo de habilidades sociales que permitan relacionarnos con los demás con independencia de sus tendencias sin salir dañados, siempre y cuando no seleccionemos este tipo de relaciones como norma y nos nutramos de un entorno saludable, de lo contrario seríamos buscadores activos de personas tóxicas y por tanto habría que explorar qué carencias están monitorizando nuestra vida interpersonal.