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Cuando Lola me sorprendió, una historia de amor

Publicado el 05 marzo 2013 por Pilarta
Lola me ha sorprendido muchas veces, infinitas veces, pero quería contaros lo que me pasó hace un par de semanas, porque ahí me sentí que mi hija me había superado por completo.
Hace quince días Lola empezó a quejarse mucho con el tema de las dientes, pero, un día en particular, al despertarse entre medias de la siesta, no me dejaba agarrarla, se retorcía y la empecé a acariciar hasta que volvió a quedarse dormida.
A la hora y media se despertó igual que antes llorando y gritando. Y pensé que no podía ser lo de los dientes. Hilando una cosa con otra y recordando, me di cuenta de que lo que la pasaba es que se le había irritado el culo. Algunas cosas que me ayudaron a darme cuenta fueron:
  • Lloraba gritando
  • Se retorcía
  • No podía cogerla de debajo del culo, porque la molestaba
Así que cuando la puse en el cambiador, lloraba y lloraba. Y ya cuando la iba a quitar el pañal, me daba patadas para que no lo hiciera.Mi corazón se fue encogiendo y empecé a sentir un nudo en mi garganta.Al abrir el pañal, ahí estaba, la rojez que envolvía desde arriba y le recorría todo, hasta los mofletes del culo.Al intentarla limpiarla, me pegaba, gritaba, pero yo tenía que limpiarla cada centímetro de su culete, para que no quedara ningún resto, porque podía ser peor.Así que con una tensión espantosa, con mis músculos contraídos por el dolor de ver a mi hija llorando desconsoladamente, lo conseguí.La dejé sin pañal y me la llevé a mi cama, le puse una toalla, pero cada vez que la rozaba lloraba y gritaba. (Ahora al escribirlo, me viene todo lo que pasó a la cabeza)Aquí empecé a llorar, porque mi hija no paraba de llorar y de pasar mucho mucho dolor y no sabía cómo calmarla. Las lágrimas iban brotando y no paraban de caer. La cogí de tal manera que parece que Lola se encontraba más a gusto, pero a pesar de que ella paró de llorar, yo no podía parar de hacerlo. Me sentía fatal, por no haber adivinado que eso iba a ocurrir, por no haber sido más previsora y porque no sabía cómo podía ayudar a mi hija a pasar un mejor momento, sin dolor.Así que de repente, cuál fue mi sorpresa, que Lola que ya no lloraba, y yo sí, se giró para mirarme y me empezó a acariciar.
Me quedó tan alucinada, tan sorprendida. Os preguntaréis cómo sé que me acariciaba. Pues bien, Lola a veces no controla la fuerza y su padre y yo la enseñamos a que podían tocarnos SUAVE, SUAVE, y que eso era una acaricia. Así que ese momento, en el que Lola con su manita, pasó por mi cara y me hizo eso que la enseñamos, suave, suave.
Cuando Lola me sorprendió, una historia de amor
Me quedé sin saber qué hacer, lo que sé es que mi forma de llorar cambió, porque me sentí emocionada, por lo que una niña de apenas un año recién cumplido, había dejado a su madre completamente impresionada.
Y que digan luego, que los niños no se dan cuenta de nada. Pues sí señores, lo niños y los bebés son más receptivos que los adultos. Así que esto me enseñó una gran lección.

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