Cuando mueren los sueños.

Publicado el 10 junio 2010 por Chaimon
Lo mejor que puede sucederla a alguien que tiene sueños, deseos y esperanzas es que se mueran.
Todos. Absolutamente todos.
Esa tal vez sea la forma de comprobarse a uno mismo, que esos sentires pueden regenerarse en el alma misma cada vez. El principio mismo del soñador empedernido.
Ella no me prometió nada.
No incentivó nada.
Sólo dejó caer un deseo que quiso compartir sólo conmigo y yo me dejé.
Su vida estaba envuelta en un caos que desconocía futuro, mientras yo estaba en la vereda opuesta.
Cuando todo estaba por desatarse, se anudó más y lo único que comencé a querer, es a darle vida a mis sueños, deseos y esperanzas pero en un contexto diferente.
Siento que puedo ir en contra la marea o el viento en pos del amor, pero comencé a dudar de todo porque en esas situaciones no dudo nunca.
Ese día llegué a mi casa, puse un disco que me gustaba y me dediqué a cantar arriba leyendo las letras del librito.
Eso es felicidad pura.
Al menos para mí.