Hoy una gran parte del planeta, una gran parte de la blogosfera celebra San Valentín. Celebra el Día de los Enamorados. Yo soy afortunada. Al menos así me siento. No necesito celebrar este día de manera especial. No necesito flores ni bombones o cenas con vino y velas.No necesito demostrar lo mucho que quiero a mi pareja en este día. No necesito que me demuestre lo mucho que me quiere.No necesito sentirme especial en un día como hoy.
Me siento especial cada día del año. Me sentí especial cuando se dejó de morder las uñas para estar conmigo, aunque ahora vuelva a mordérselas....uhm...Toronto...Toronto, ya explicaré lo de Toronto en otra ocasión. Me sentí especial cuando un sábado a las seis de la mañana me pidió que nos casaramos y me dio todas las razones y motivos para ello. Me sentí especial cuando lo vi emocionarse el día de nuestra boda. Me sentí especial el día que supimos que íbamos a ser padre y mucho más aún el día que nació nuestro Piojo y vi su sonrisa.
¿Para qué celebrar algo que celebro cada día?
¿Para qué celebrar algo que celebro cada día?