Cuando no se limpia, la mierda manda

Cuando el anterior propietario, un viejo tirano, que suplía su estupidez con una violencia extrema nos devolvió el piso que nos había robado, nos pusimos manos a la obra. Tiramos a la basura unas cuantas cosas que nos repugnaban y reutilizamos otros enseres que aunque no nos gustaban del todo, había que usarlos porque no teníamos nada con qué sustituirlos. Eso sí, nos arremangamos bien y decidimos darles un buen lavado, una buena limpieza para que soltaran la mugre que se había acumulado durante décadas y dejarlos casi como a estrenar; que es el consuelo de los pobres que no pueden comprar nada nuevo y el de los cobardes que tienen miedo de romper con lo establecido para construir algo nuevo.

Hay que reconocer que al principio todo lucía espléndidamente limpio. Y parecía que funcionaba, incluso olía a nuevo, aunque los más observadores en cuanto echaban un ojo a la vivienda se dieran cuenta de que aquello se asemejaba a un coche usado con alfombrillas nuevas y pintura metalizada sin rayones, pero con un motor cascado y con una suspensión que iba a comenzar a chirriar en breve.

Pero cuando no se limpia periódicamente, todo se llena de ácaros, de pelusas, de bazofia, de podredumbre que al abrigo de las corrientes de aire limpias, medran, llegando a colonizar todos los huecos, cualquier resquicio de los muebles. Tanto es así, que llega el día que la mierda empieza a asomar por debajo de los muebles, y que se eche la vista a dónde se eche se nota que todo está descuidado, sucio y que incluso empieza a oler mal. Y el día que te armas de valor decidiendo mover el sofá y limpiar un poco, te encuentras con que hay mucha más mierda de la que te podrías imaginar. De modo que te arremangas y te pones a limpiar.

Al acabar satisfecho la tarea, te asalta una oscura duda. Si el sofá escondía tanta mierda, qué no esconderá el mueble del salón?? Lo mueves y efectivamente hay todavía más mierda. Y es cuando eres consciente de que vives rodeado de mierda, y que hay que hacer una limpieza a fondo, incluso el asco te domina de tal forma que sientes que lo que hay que hacer es quemar todo lo que hay en la casa y empezar a amueblarla con nuevos muebles, más limpios, adecuados a los nuevos tiempos. Que sean mucho más fáciles de limpiar. Incluso con patas bien altas para que no se acumule la mierda y el robot automático que barre no deje que se pegue ni una pelusa. Con buenas puertas transparentes para que el interior de los muebles también esté ordenado y el kaos no se haga fuerte en un cajón a la espera de asaltarte a la yugular el día menos pensado.

Esta reflexión, por si no os habéis percatado es sobre España, pero a lo mejor vosotros estabais pensando en vuestra vivienda. Bueno, para el caso es lo mismo ¿no?

Las instituciones se han llenado de mierda por falta de limpieza. No es que fueran algo realmente bueno, era más bien una solución para ir tirando. Pero ahora lo que realmente hay que hacer es prenderle fuego a todo para quemar tanta basura que está medrando al abrigo de las pelusas. La transparencia es necesaria y quién a ella se opone no hace más que auto acusarse de corrupción. Nada se debe escapar a la mirada del ciudadano que paga de su bolsillo los dispendios de los que se atribuyen la titularidad del estado. Si todo es transparente la mierda que ahora corrompe el estado no tendrá cabida.

keagustitomekedao