Cuando te beso,
no es solo tu boca,
ni tu ombligo
ni tu regazo
lo que yo beso.
También beso tus preguntas,
y tus deseos,
yo beso tus reflexiones,
tu incertidumbre,
tu valentía,
tu amor por mi
y la libertad que te ofrezco,
tu pie, que hasta mi te trajo
y que de mi te alejará,
te beso a ti, como eres
y como serás, mañana y después,
y cuando los días conmigo
queden en el recuerdo.
Autor: Erich Fried