Cuando vives con un enfermo mental...

   Cuando  empiezas a vivir con un enfermo mental, pasa por etapas muy diferenciadas.
La primera es la no aceptación, te niegas a aceptar que a partir de un determinado momento, tu vida experimenta demasiados   cambios;  se acabaron los días de tranquilidad, el silencio es algo que apenas existe, no tienes intimidad ni en tu dormitorio, en definitiva te niegas a admitir que tu vida ya nunca será la misma.
La segunda etapa  comienza cuando ya no sabes qué hacer con tu vida y decides pedir ayuda a un psiquiatra. Empieza quizás los momentos más duros, pero eso sí, los más eficientes .En la terapia hablas y hablas de tu problema, sin confiar demasiado en el especialista. Pasan meses e incluso años, cada semana vas a la consulta esperando que el milagro se produzca, y que algún día salga de ahí diciendo: Lo he conseguido.Tener a una persona que te escuche y que te oriente, puede hacer que poco a poco vayas cambiando tu conducta, e incluso dicho especialista te ayuda a  minimizar los problemas, o mejor dicho aceptarlos.
Tercera etapa: la aceptación. Llega un momento en que cambia tu forma de ver al enfermo.Lo que antes era un incordio, ahora ya no lo es, si antes no lo aceptabas por qué no lo considerabas de tu familia, ahora es uno más en tu núcleo familiar. Antes te cabreabas  cuando le daban las crisis y no entendías nada, ahora te aguantas y vas a su lado para acariciarla, besarla e intentar calmarla.
Yo ahora estoy en esta tercera etapa, y espero que no haya más. Mi vida ha sido muy dura estos años al lado de una  enferma mental, pero con ayuda y predisposición, llega un momento que la aceptas y la quieres.