Sentí que los parpados se me cerraban como losas
y que, lentamente, el mundo se deshacía a mi alrededor.
Germán me abrazó de nuevo y allí, en aquella sala desolada
de un viejo caserón, lloré con él como un pobre imbécil
mientras la lluvia empezaba a caer sobre Barcelona.
Make your own banner at MyBannerMaker.com!