Por eso tuve que hacerle un regalo valioso. No costoso, sino valioso, hecho con mis manos, para que ella también sintiera el calor que me daba para lanzar esos papeles, que no decían nada, por los aires.
Proceso creativoPremisas: poner en práctica la técnica del decapado. Luego alguien abandonó un revistero delante de mi; lo cogí; en cuanto lo había hecho, había dejado de ser basura para volver a ser un revistero en perfecto estado.
Materiales
- Lija de grano 150
- Nogalina
- Pintura acrílica color blanco roto
- Lija de acero 00
- Cera incolora
- Papel decorado de gramaje grueso
- Cartón
- Brocha, una media
Transformación
Le pasé una lija suave solamente para eliminar irregularidades. Después le di una capa de nogalina, y una vez seca ésta, una de pintura blanca un poco gruesa e irregular. Sin dejar secar la pintura del todo (así es como debería haberlo hecho, pero la dejé secar demasiado y me costó mucho más decapar), lijé con lana de acero untada en cera. Finalmente, le saqué brillo con una media.
Las flores del frontal las saqué ampliadas del papel decorado y recorté unas plantillas para luego hacer un estarcido con nogalina (aunque lo ideal hubiera sido pintura para hacerlo más resistente, me gustaba el efecto que daba ésta).
Por último, forré unas piezas de cartón con el papel decorado para las partes del revistero que no hacían nivel con el resto.
Y voilà! Listo para ocupar su
sitio en casa! En la de be, o en la tuya...