Cuentacuentos - Visitante

“¿Puede una obra mostrar la verdadera naturaleza del amor?” En la oscuridad de la sala escuché esa frase y sentí escalofríos recorrer mi cuerpo. Sin embargo, era muy pronto para pensarla, bebí un poco de cola y seguí mirando la película.
Al salir de la sala, mi mente se reconectó, “¿Puede una obra mostrar la verdadera naturaleza del amor?” pensé. En la película decían que lo hacía, el escritor ganaba la apuesta... pero no podía dejar de preguntarme “¿Qué es el amor?”. Caminé por las calles vacías, entre los autos averiados; entre la basura olvidada, existente sólo para mis ojos.
Caminé por la ciudad fantasma, por el mundo fantasma. “¿Es algo físico?” pensé haciendo memoria las imágenes de la película; de los besos, de las caricias, de el contacto puramente humano. Pero si es así, o si así era, ¿Por qué molestarse en escoger un humano? Habían tantos...
Caminé por el mundo abandonado, sintiendo que mis solitarios pasos le devolvían un poco de vida. “Es un mundo tan grande, no sabría que hacer entre tantos otros seres si todos siguieran aquí.” Pensé. “Siempre he sido un ser solitario, de una especie solitaria, viviendo en pequeños asteroides solitarios.”
¿Qué era el amor? De toda la chatarra que dejó la humanidad, ¿por qué no dejo algo que explique qué es el amor? “No se trata de estar juntos.” seguía meditando, “Pues al final ambos mueren y los otros dos se separan.”
“¿Es una tragedia? No, no, no, ambos sonreían todo el tiempo.” Hubiera deseado tanto no haber destruido por completo su especie, preguntarles ¿qué era el amor? ¿Por qué le daba tanta curiosidad? Pero todos estaban muertos, evaporados, ahogados, daba igual.
Sintió salir un suspiro. Debía ser algo que aprendió en la película.