En el apogeo de su orgasmo sintió elevarse al cielo... Por primera vez en mucho tiempo le vio la cara a la felicidad... Y la felicidad se aprovecho y también tuvo sexo desenfrenado con ella... Luego se sumaron los demás sentimientos que se reunieron en una gran orgía de emociones encontradas... Cada uno le hizo el amor según su estado de ánimo... una y otra vez... De repente, se vio sumergida en un orgasmo interminable y agotador... Hasta que dejo de sentir sus piernas... Su cuerpo yacía laxo y sin fuerzas, no podía esbozar palabra, ni siquiera para pedir que se detengan... El placer se había transformado en dolor... Sus zonas erógenas se habían prendido fuego con tanta fricción... Su clítoris chamuscado y humeante ya no servía... y su sexo había quedado obsoleto como su cama mágica que se convirtió en su tumba, en cuyo respaldo devenido en lápida decía: Aquí yacen los restos de... Su nombre nunca se supo... pero es lo de menos.
©by Eleo
05/09/2015