Biblioteca Nacional S13E03. Otra temporada de la B.N.P.D. que llega a su fin y, a menos que aparezca como por arte de magia algún otro libro de Stephen King en sus estanterías, hemos leído todo lo que puede ofrecer del escritor de Maine (la bodega de la B.N.P.D. es otra cosa, otro procedimiento; por el momento nosotros pedimos lo que está ahí a la vista). No sentía mucha inclinación a leer Cuento de hadas, una de las novelas más recientes de King, pero dado que hemos leído tanto de él, me dije que por qué no, total, para que cerrar puertas y ventanas cuando a veces es bueno intentar dejarse sorprender aunque uno crea que sepa más o menos de qué va a tratar la cosa. Porque estoy seguro que se pueden imaginar perfectamente de qué demonios trata Cuento de hadas, ¿no?
Primero que todo debo decir que me han encantado las ilustraciones que encabezan cada uno de los 32 capítulos que componen este libro de 850 páginas. Todo un librazo, ¿no? Comenzamos esta temporada leyendo el mamotreto de Las manos del general, de 250 páginas, y la terminamos leyendo este otro de 600 páginas más. Estas ilustraciones le dan un toque especial a una historia no taaaaaaan especial como pretende ser.Primero que todo, comencemos con algo relativamente delicado. No he leído La Torre Oscura, pero vamos..., ¿la historia de un muchacho que descubre un pasaje secreto que conduce a un mundo mágico de fantasía tan real como los pasillos de su escuela o el patio de su casa, en el que se embarca en mesiánicas aventuras en donde se convierte en la figura central y esencial para salvar dicho mundo del perfectamente delineado y definido Mal? Cuento de hadas también es, en cierto modo, casi un calco de la premisa argumental de 22/11/63, en la que un solitario profesor de escuela, mediante la amistad con un solitario y misterioso cascarrabias, descubre una manera de viajar al pasado y llevar a cabo una misión de vida o muerte. Además hay numerosas, no diré referencias sino que ideas, frases, párrafos incluso, sacados de otras novelas: eso de que si compras un auto azul no dejas de ver autos azules en todos lados (algo que Holly Gibey no deja de escuchar en ninguna de las novelas en las que aparece), entre otras cosas que para qué listar, aunque por ahí reconocí cosas de La larga marcha también, ¡una novela que escribió hace más de medio siglo! No sé qué puede significar todo esto que digo, no diré que es reciclaje barato, pero hay algo ahí que me fastidia lo suyo. No diremos que las nuevas obras de King son el summum de la originalidad, pero cuando te topas con esos detalles sacados de otros libros anteriores suyos, pierden algo importante, dejan de sentirse como entidades únicas. Es natural que la obra de todo autor tendrá leitmotives, intereses y obsesiones que se irán desarrollando a lo largo de sus trabajos, y que estética y estilísticamente también utilice recursos de manera recurrente, pero la repetición o la redundancia es otra cosa diferente, una cosa amarga. King siempre dice que él escribe a donde lo lleva la historia, que la historia es la que habla, pero no nos engañemos: cuando se repiten tantas frases y modelos novela a novela, en realidad es el autor el que moldea la historia, que por eso mismo es una historia coja que no se ha desarrollado por completo a sí misma, como quien empuja a un niño a una piscina sin que esté preparado y lo mantienen a flote con flotadores que también han sido usados en otros niños. ¿Se comprende lo que quiero decir? Hay obras de King que están bien, pero por otro lado, ¿son necesarias? ¿Es necesario, es justo para dichas historias y personajes, empujarlos y forzarlos tanto hacia una publicación?
Como sea, habiéndome sacado esto del pecho, hablemos de Cuento de hadas como novela. Como novela digamos que cumple lo que promete de manera solvente, como es de esperar, gracias a la prosa completamente acomodada e inocua de King, que a estas alturas, como hemos hablado, no está interesado en plantearse retos y desafíos, sino que escribe cualquier ocurrencia de la misma manera ya sea algo de terror, de fantasía o de su realismo tenebroso.Debo decir que Cuento de hadas me estaba gustando e incluso encantando en su segmento "realista", en esas 200 páginas en donde el protagonista nos cuenta cómo demonios llegó a enterarse de la existencia de ese portal secreto hacia Empis, ese mágico y fantasioso otro mundo. No es nada nuevo, pero en esas 200 páginas King, he de admitir, logra transmitirte esa sensación de perpleja e infantil admiración ante lo extraordinario, logra convencerte que es algo maravilloso y hermoso creer en aquello que va más allá de nuestra imaginación y de la razón, algo que comparto con él, porque sin imaginación, ¿qué mierda sería de nosotros? Así las cosas, el muchacho nos cuenta sus complicados días de escuela, con su padre alcohólico, la muerte de su madre, el fortuito encuentro con vecino cascarrabias con quien inesperadamente entabla amistad que además es dueño de una sangrienta pastora alemana que en realidad es una dulce perrita anciana. Todo eso muy bien: la vida cotidiana, con sus altos y bajos, con sus luces y sombras y sobre todo grises, de repente convirtiéndose en una improbable aventura. Como dije, King, todavía, logra transmitirte la inasible e inefable magia de esa sensación aventurera. Ya cuando se adentra en este mundo de fantasía para cumplir su misión (que tampoco les revelaré) la cosa comienza a decaer, no tanto por el mundo en sí (buenos personajes en su mayoría, una interesante construcción "histórica", un mundo que, en la más pura exploración, es bastante entretenido y atractivo, incluso con sus ramalazos de oscuridad) como por el maldito argumento que desarrolla, la puta enésima batalla entre el Bien y el Mal con princesas malditas y villanos crueles y criaturas horrendas, ese moralismo simplón de cartón en donde todo se explica con esa burda y pueril dualidad de infantes, peor aún cuando el mismo King no deja de repetir, engañándose a sí mismo, que Cuento de hadas es un cuento de hadas para adultos, nada que ver con esas chorradas suavizadas de Disney. Resulta que sí es lo mismo, en términos morales y filosóficos, sólo que estas aventuras son más violentas y malsonantes y sangrientas, pero poco más, porque como digo, transmite y pontifica sobre la bondad y la maldad de la misma forma en que lo haría la factoría del ratón chillón ese, embotando y atontando de la misma puta manera, asumiendo que los lectores son perfectos imbéciles impresionables y moldeables. Sumen a ello los infaltables deux ex machina, entre otros trucos narrativos baratos que King se saca de la manga para resolver las cosas y no sé, la aventura en Empis se me hizo muy anodina e irritante a rabiar. Fluida y aceptablemente entretenida (no se puede decir que los personajes se atornillen en un solo lugar, el movimiento constante al menos agiliza el flujo), pero anodina y bastante decepcionante tratándose de King, quien no hace el más mínimo esfuerzo en crear algo medianamente suyo, todo Empis no es más que un "homenaje" a sus autores e historias de cabecera enmarcado en los clichés típicos de los cuentos de hadas, con estomagantes toques cursis y sensibleros del peor y más simplista e impersonal manual para novatos. De hecho, estoy seguro que Stephen King debe estar haciéndole un favor a alguien escribiendo Cuento de hadas, es que la diferencia entre el segmento realista y el segmento "mágico" es notoria, como si el mundo de Empis fuera una creación ajena y King simplemente se dedicara a redactar, con oficio de escritor multimillonario, lo que le dicta esa otra persona.Todo lo de Empis, o sea, cuando se trata únicamente de la salvación de Empis y no de la misión original del protagonista (que baja a ese mundo con propósitos bien concretos... luego, claro, se ve atrapado en los enredos de los demás y la cosa se desbanda en un despropósito tremendo, sin pies ni cabeza) es totalmente prescindible y no se pierden de nada si no lo leen. El segmento "realista", sin traer nada nuevo a la obra de King, al menos tiene su encanto, además debo admitir que a mí me conquistó con la relación entre el protagonista y la vieja pastora alemana. ¿Quién no haría todo lo posible por su perro/a?Cuando terminé el libro debo decir que sentí alivio, esa clase de alivio que uno sentía cuando se terminaba una de esas clases que uno está obligado a seguir hasta el final, supongo que no es lo mejor que se puede decir de una aventura "mágica", ¿cierto? No es que nadie me obligue a leer, menos Cuento de hadas, pero demonios, uno debe terminar lo que empieza y sentía curiosidad por ver si esta novela era lo que aparentaba o podía esconder sorpresas. La sorpresa es que tiene un segmento realista bien bueno, lo obvio es todo lo demás, la decepción es que, para ser alguien que tan bien sabe describir y transmitir la magia, el segmento mágico no parece escrito por el legendario escritor de Maine.
Obviamente esta novela no ha estado tanto tiempo en las estanterías de la B.N.P.D., aún así, en dos años y contando ha sido prestada en nueve ocasiones. ¿Mucho? ¿Poco? Tratándose de Stephen King y de una de sus más recientes novelas, difícil determinarlo.