Cuento japones

Publicado el 23 febrero 2010 por Pluvisca

Pintura: Pablo Picasso

Un campesino se fue a la ciudad
para vender la cosecha de arroz y su mujer
le pidió que no se olvidase de traerle un peine.
Después de vender su arroz en la ciudad,
el campesino se reunió con unos compañeros,
y bebieron y lo celebraron largamente.
Después, un poco confuso, en el momento
de regresar, se acordó de que su mujer le
había pedido algo, pero ¿qué era?
No lo podía recordar.
Entonces compró en una tienda para
mujeres lo primero que le llamó la
atención: un espejo. Y regresó al pueblo.
Entregó el regalo a su mujer y se marchó
a trabajar sus campos. La mujer se miró
en el espejo y comenzó a llorar
desconsoladamente.
La madre le preguntó la razón de aquellas
lágrimas.
La mujer le dio el espejo y le dijo:
-Mi marido ha traído a otra mujer, joven
y hermosa.
La madre cogió el espejo, lo miró y le
dijo a su hija:
-No tienes de qué preocuparte, es
una vieja.
Anónimo
Fuente: "Me gusta la lluvia", blog