La mayoría de las veces, los defectos que vemos en los demás son nuestros propios defectos
-“Perdone, profesor”, dijo el tímido estudiante, “pero no he sido capaz de descifrar lo que me escribió usted al margen en mi último examen…”
-“Le decía que escriba usted de un modo más legible”, le replicó el profesor.
Por Antonio de Mello