Bien, vamos a por el segundo:
Una dieta basada en alimentos procesados, transgénicos o demasiados fritos está vacía de nutrientes y es la receta perfecta para el desastre, tanto para nuestra salud como para nuestra piel.A menudo el ciudadano medio del primer mundo está sobrealimentado y desnutrido. "Eres lo que comes" es más cierto de lo que queremos creer. Ésto resulta en una falta de energía y vitalidad que desemboca en dolencias y, por desgracia, en enfermedades. Por supuesto ésto afecta a cómo se nos ve.
La manera más rápida y económia para cambiar nuestra apariencia y sentirnos mejor física y mentalmente pasa por "limpiar" nuestra dieta.
Me he propuesto no escribir un post denuncia de la industria alimenticia. No quiero hacer propaganda hippie ni lanzar acusaciones contra las farmacéuticas. Éste post está pensado para animarte a cambiar algo que es totalmente básico y que, a veces, por pereza o gula, pues no tenemos las ganas de darle mucho al coco...
La verdad es que no puedo evitar, para animaros a hacer este cambio, decir un par de verdades sobre lo que ocurre detrás de la comida que ponemos en el plato. No me lo tengáis en cuenta, pero tened en cuenta la info.
Gran cantidad de la comida industrial que se genera a día de hoy no está producida para que el consumidor final (o sea tú y yo) alcance su máximo potencial energético y de salud. Está producida con los ojos puestos en el beneficio económico de la empresa productora en cuestión.
Crianza de ganado intensiva y un pobre cuidado de las tierras de cultivo resultan en comida con poco sabor y menos nutrientes. Añádele fertilizantes químicos, pesticidas, herbicidas e ingeniería genética y ahí tienes lo que estás comprando en el súper.
Te animo a que inviertas un poco de tu tiempo y encuentres las cooperativas de granjeros y campesinos locales, busca la etiqueta de garantía de cultivo y crianza ecológicos cuando compres en el mercado, aumenta las cantidades de fruta y verdura en tu dieta y, si puedes, apúntate a tener un huerto urbano!
Es básico, lo sé, y al igual que el post anterior sobre higiene e hidratación, ya sé que lo sabes. Pero, igual que ayer, te doy un pequeño empujoncito para que te conciencies e inicies el cambio. Por tí, por el planeta, por el comerciante local y, como no, por tu piel.
Ya tienes disponible el paso numero 3: bebe agua!