Revista Literatura

Cumbres del Nanga Parbat, la noche de azul

Publicado el 19 junio 2012 por Sara M. Bernard @saramber
Cumbres del Nanga Parbat, la noche de azul
- ¿Hueles eso?- ¿A porro?- No, idiota, esa colonia.- No huelo a nada en realidad.

El humo. Mira la pared azul. Toma, voy a regalártelo. Qué dices, pero si te gusta demasiado. Toma, para ti, una reproducción exacta al collar de la sesión de fotos de Morrison, no lo pierdas.
Gira la pared azul. Toma la pastilla azul para el corazón. Ya no late al compás de ayer. Acelerado, huele a las cumbres vírgenes del Nanga Parbat, la montaña que se resiste.

- El desierto (cualquier desierto) está lleno de cosas. Escorpiones. Plantas de secano. Musarañas de tierra. Serpientes. No hay tal vacío. Nada es lo que parece.- Huele a desierto de cactus azules.- No huelo nada.

Sé que no te importa. Escalo el Náann - Yá - Par - Fat yo sola.

- ¿Cómo sabes que es exacto, si las fotos son en blanco y negro?- ¿Qué?- Hueles a tierra.

- No huelo a nada.
- La mano azul danza.

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