Pues sí, hoy mis dos hijos pequeños, los mellizos, han cumplido 27 años. Nos hemos reunido todos menos Carmen, mi hija del medio, su trabajo no le ha permitido venir a comer.
Y parece que fue ayer. Alba y Curro ya tienen veintisiete tacos y lo hemos celebrado con una comida muy aceptable –digna, diría un amigo mío—, regada con un buen vino.
Un Vega-Sicilia ha acompañado unos entremeses, una sopa de pescado y una merluza a la vasca. La cosa no ha estado mal. Y han estado cuatro de mis cinco hijos con nosotros.
Esta es la prueba del delito:
Podéis ver a Curro y Alba, los cumpleañeros, a la izquierda y derecha respectivamente, comiendo frente a frente. Junto a Fale y Aída que son los mayores y Lola. El que escribe como ha sido el fotógrafo no ha salido en la mesa, pero juro que he comido.
Por cierto que esto no ha sido gratuito, han sido veintisiete años que empezaron así:
Reconozco que mi estilo no es el mejor, pero os aseguro que lo hacía con cariño y resignación, aunque mirando ahora esta foto, cualquiera diría que llevaba en cada brazo otra cosa.
De esto hace casi veintisiete años, y estaban para comérseles. En esta foto se les puede ver mejor:
Así es que, buena comida y buena compañía, que no falte.
Salud y República