Resulta curioso hallar personas que no creen que seas como eres. Buscan lo negro, lo ruín, te tachan de esto y de aquello, suponen que mientes, que no puede haber verdad en lo que eres. Supongo que les jode que seas así.
Tú no afirmas que no tengas negrura, ni que tu corazón no sepa de ruindades. No afirmas tus bondades ni excelencias, solo te muestras. Ellos las ven, las presienten o intuyen en cada acto que realizas o palabra que pronuncias.
Es el lado azul el que les causa extrañeza y miedo. Mucho miedo. Quizás porque se vean mucho más negros y patéticos que tú por el mero hecho de pensar en tus errores y fallos y lamerse los labios de un modo morboso.