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Dama en la calle, Señora en la casa y Puta en la cama

Publicado el 25 noviembre 2014 por Etiperez
Dama en la calle, Señora en la casa y Puta en la cama
Hace mucho tiempo cayó un refranero en mis manos y de entre los cientos de refranes que contenía hay uno que desde el momento en que lo leí se convirtió en una referencia de modo de vida, leerlo fue una especie de revelación de cómo debería actuar para que todo fuera bien y  todavía hoy sigue siendo uno de mis principales mandamientos a seguir para andar por la vida. 
El refrán dice:
La mujer debe ser dama en la calle, señora en la casa y puta en la cama
Desde entonces Wife y Vany tratan por todos los medios de ser unas damiselas, de convertirnos en una persona correcta en el trato y educada, agradable a la vista sabiendo que para que te vean bella se emplean todos los sentidos, no sólo la vista. Cívica y sincera, elegante y rica en cultura, que intenta reconocer sus errores y pedir disculpas por ello, que cuida lo que dice y la forma en que lo dice, que  escucha a los demás intentando no convertirse en la reina del drama y que mira a los ojos sin perder de vista ser ella misma porque una Dama es siempre moderna, intemporal y positiva, una dama sabe que será deseada por su manera de comportarse y su estado de humor, una Dama no debe olvidar su valor, no debe subestimarse pero si conocer sus límites sin importar lo que pase.
Y Mum por la parte que le toca lucha por ser toda una señora:- intenta obtener una estrella Michelín con su puré de verduras y su lasaña y demostrar así que es una gran cocinera - opta de manera continuada al premio de "la mejor madre"  que otorga la Asociación de Hijos de manera diaria y que todavía no ha conseguido nunca porque siempre, en un momento dado, la caga- también se ha presentado al premio nobel de economía por descubrir la fórmula secreta de cómo mantener una familia numerosa con un sueldo congelado hace mil años.Con el fin de ser una Señorona de su casa hace de chica de la limpieza luchando de manera encarnizada contra pelusas y bacterias además de lavar y planchar, de recoger y ordenar e intentar ser la mejor de las anfitrionas.
Y por último La Diva que se tomó muy en serio la parte que le tocaba, la de ser una puta en la cama, fue ahí cuando comenzaron a surgir las boas, la lencería fina y los ligeros. Al principio todas nos escandalizamos ante semejante objetivo pero ha sido con el paso del tiempo y de la experiencia que nos hemos ido dando cuenta que el ser una puta en tu cama no está mal e incluso acaba enganchando.
Hemos descubierto que realizar el acto sexual es mucho más necesario para los hombres que para las mujeres pero igual de placentero para ambos. Digo “necesario” en negrita y subrayado, porque a la Diva le llena igual un abrazo inesperado, un beso en la nuca mientras está fregando o un tocamiento indebido cuando se cruza con su consorte por el pasillo, al final a ella son estos gestos de deseo que surgen a lo largo de la rutina diaria los que encienden el botón de “On” de su sexo y hacen que desaparezcan las jaquecas, los malestares y los problemas. 
El sexo es la clave encriptada de una relación de pareja duradera y mejora (y mucho) a partir de los 40, La Diva a esta edad se puso el mundo por montera y fue entonces cuando se encendieron las luces de su dormitorio y descubrió que el sexo se huele, se ve y se toca, que el sexo se aprende experimentado y jugando, probando de todo hasta donde la frontera de la conciencia te deja, haciendo desaparecer con esto, los tabúes y los complejos que tanto la limitaban debajo de las sábanas.
El día que leí ese refrán me convertí en aprendiz de Geisha buscando conseguir la perfección como mujer.
La imagen de hoy es de Olaya Valle, un dibujo increíble donde las medidas no son 90x60x90 y no pasa nada.

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