Hoy 12 de febrero se conmemoran 200 años del natalicio de Charles Darwin, el hombre que nos mostró la revolucionaria idea sobre nuestro origen: la teoría de la evolución. Darwin, apoyado en el método científico descubrió que los organismos de las distintas especies se adaptan a su entorno y que esto provoca las respectivas mutaciones a través del tiempo, lo que a su vez da da lugar a las formas de las especies como las podemos conocer hoy.
Desde que apareció la teoría de la evolución muchas personas se han esforzado en negarla y han buscado los medios para acallar a los divulgadores científicos. En su tiempo la Iglesia Católica se opuso a la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas por considerarla una herejía, sin embargo con el tiempo terminaron por aceptarla a regañadientes. Hoy día quienes más se oponen a la enseñanza de la teoría de la evolución, negando los hechos demostrado por la ciencia, son los religiosos fundamentalistas americanos, entre los que se encuentran los mormones y los Testigos de Jehová.
Hace poco tuve la oportunidad de hablar con una señora que pertenecía a la secta de los Testigos de Jehová. Me sorprendió de sobremanera lo que es capaz de hacer la religión en la mente de las personas hasta el punto de que llegan a decir que los fósiles encontrados por los científicos “eran un fraude”. Esto me lleva a considerar y a aconsejar que si en algún momento encuentras a algún creacionista hablando contra la evolución, lo mejor es que no entres en una discusión con él. Los creacionistas nunca escuchan, solo se complacen en creer.
Y acá este vídeo para reflexionar sobre nuestro origen: