Ayer, bernarda sufrió un accidente doméstico: se le cerró una puerta en la manito. Casi pierde el dedo, tuvieron que hacerle una cirugía reconstructiva. La mayoría de los médicos la trataron bárbaro. Solo una que inetentó darle por la fuerza ibuprofeno. Yo no lo permití. Y me dijo: “Puro capricho de la nena, mamá. Eso se cura de prepo o con un sopapo” ¡Qué triste que piensen asi todavía!
Ayer hubo una tormenta de viento muy grande en Córdoba. Yo no estaba en casa. A mi marido no se le ocurrió mejor idea que abrir las ventanas (¡¡¿Cómo se le ocurre con tanto viento con tierra?!!!). Resultado: se cerró una puerta como un latigazo sobre la manito de Ber.
Apenas llegué y la vi, me la llevé a la clínica. Placas, curaciones y cirugía reconstructiva en un hospital público ya que en la clínica privada no me aseguraban que su dedo recuperara movilidad por que los cirujanos eran todos inexpertos. Eso dá para otro tema.
Lo que pasó mi nenita cuando le cocieron el dedo es horrible. Lloraba, le dolía horrores, le tenían atada su manito a una madera para poder cocerla, mientras yo la abrazaba y trataba de calmarla en la canilla. Tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para no largarme a llorar con patada y todo.
Le salvaron el dedo. Ahora debemos esperar lo mejor y que recupere toda la movilidad.
Todavía tengo dolor de estómago de la angustia que pasó mi hija. Y la horrible sensación de no poder hacer nada por ella. Hubiera dado lo que fuera por intercambiar lugares.
Una vez que terminó la cirugía, viene una médica cara de orto y le inetntó dar de prepo ibuprofeno. Ber estaba en mis barzos y viene ella con la jeringa con remedio e intentó tomarle la carita. Me hice para atrás y con la otra mano le corrí su brazo. Abre los ojos grandes y me dice: “es para que no le duela tanto” Ella no toma ese remedio, lo vomita, le dije. Y me responde: “Eso es puro capricho mamá. Eso de cura dándole de prepo el remedio o con un sopapo”.
Le dije: “A mi hija nadie le da nada de prepo, y menos un sopapo”. Se ve que tenía demasiado cara de loca yo o simplemente no le ineteresó más el tema, me dió la espalda y sentenció: “Que le duela entonces! no se si es más caprichosa la nena o la mamá”
Me pregunto: ¿hace falta maltratar a una nena de 3 años que lleva horas sufriendo dolor, que ha perdido mucha sangre y que estuvo recién operada? Una nena que rogaba por ir a su casa, que decía ¡NO AGUANTO! ¡DUELE MUCHO! y te mira con ojitos llenos de súplica…. Yo creo que no. No hacía falta la violencia. No se lo permití.
Al dolor se lo alivié con mimos y con hielo. La cuidé toda la noche para que no se lastime dormida, le puse almohadones y obviamente durmió conmigo.
Me quedé pensando en la cantidad de chicos a los que le dan las cosas de prepo o los educan a los sopapos. Es una lástima que la violencia esté institucionalizada.
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