¿Qué será de nosotros cuando la llama sobre la que respiramos termine por apagarse?¿Cómo podré gestionar mi vida cuando el Destino te proponga descubrir cosas nuevas, personas y situaciones supuestamente extraordinarias? Quizá tu marcha sea para avanzar en el camino de la Felicidad y espero que no abandones una joya para buscar vulgares piedras que brillan para confundir y deslumbrar.
Deberé inventar un Cielo para que no me lastimen tus recuerdos, el eco de tus caricias y la memoria de tu sonrisa. Seguramente nadie te querrá como yo. Y no es algo manido ni falso. Nadie te querrá con la madurez que te he querido. No esperaba nada de ti, ni deseaba algo que no fueras tú, ni había algún motivo oscuro para usarte y tirarte. Sabía lo que quería y no dudaba en hacerlo realidad.
Qué haremos el uno sin el otro sino una burda imitación de "vivir", de intentar ser felices partiendo de unos recuerdos que nos marcarán la vida hasta el final. Tan bello es el amor que luego se convierte en una cadena de hierro y seda de la cual no puedes desprenderte.
La diferencia de edad entre ambos supone tomar caminos dististos. Tú, seguramente, querrás comerte el Mundo. Yo, con toda seguridad, creeré que el Mundo se me come a mi. Y todo reside enm un factor diario que no controlamos: el Tiempo.
Tiempo que disfrutamos, tiempo de amor y deseo, tiempo de viento frío que nos deja helados y nos separa. Tiempo de partir en silencio pensando por qué no disfrutamos más cuando pudimos.
Ese mismo tiempo que para ti va a ser una vida entera. Ese tiempo que para mí van a ser migajas de las que pienso sacarle todo el jugo posible. Quizá tanto tiempo delante de ti te haga libre, promiscuo y te haga disfrutar a tope de las cosas que te ofrece la vida.
Mi tiempo, más limitado, me llevará por caminos más estables, con más cuidado y saboreando más esa mezcla de tristeza y superación.
Nunca sabremos dónde nos espera la Felicidad, tan solo que fuimos felices, lo dejamos de ser y volvemos a la carga para conseguir flotar al menos. Cada uno en su estilo, cada uno con más o menos tiempo, cada uno llevando dentro de sí un trozo del alma de la persona amada.