Este post tiene un doble propósito. El primero es explicar la razón por la cual a lo mejor se modifica un poco (y de manera temporal) los días en los que publique algún artículo en Pingüicas. Y el segundo propósito es desahogarme y prepararme mentalmente para lo que me espera de esta semana.
No es nada grave, ni nada de qué preocuparse. Simplemente, en estos días tendré muy poco tiempo para sentarme a escribir.
Verán, mi marido saldrá de viaje. Ahhh, sí… esos viajes de negocio. Esta vez no va demasiado lejos ni demasiado tiempo. Sin embargo, eso no cambia que mis mañanas se vuelvan caóticas.
Normalmente, mis tareas matutinas consisten en preparar el desayuno y el lunch de Pablo, Pía y Beto. Su papá se encarga de vestir a los niños y yo los peino. Entre los dos apuramos a los niños a que desayunen, a que se pongan los zapatos, las chamarras y mochilas. Les doy su beso en la puerta y su papá los lleva a la escuela. Ya con un poquito más de calma, desayuno yo, desayuna Luca, lo visto y nos vamos a mi clase de ballet.
Pero cuando Beto se va de viaje, todo eso lo debo hacer yo sola. Tenemos que estar todos listos y sentados en el coche a las 7:00 am. Eso significa que debo empezar mi día a las 5:45. Yo sé, nada grave, pero sí se me complican las mañanas.
A eso súmale que la señora que me ayuda en mi casa me pidió unas vacaciones indefinidas, empezando hoy. Resulta que van a operar a su hija y ella se quedará con su nieto hasta que se recupere. O sea, quién sabe cuándo esté de regreso. Y pues alguien tiene que atender las tareas del hogar… así que si me necesitan, aquí estaré recogiendo, lavando y cocinando. Y por supuesto, a mi lado estará Luca, encargándose de que todo este trabajo se vuelva un verdadero reto: yo recojo, él tira; yo limpio, él ensucia; yo guardo, él saca… Yo sé, nada grave, pero sí me complica el día.
Además, la tubería del baño de la vecina de arriba se rompió. Mi baño quedó inundado. Sí, lo sé, no es mi tubería, pero de todas formas, tendré trabajadores en mi casa, arreglando el techo. Todo esto mientras recojo, lavo y cocino; y mientras intento mantener a Luca fuera de problemas. Yo sé, nada grave, pero sí me cambia toda la rutina.
Y por si fuera poco, el disco duro de mi laptop está descompuesto. Lo que significa que mi computadora se traba 20 veces al día. Así nada más, como si ya no quisiera trabajar, se congela completamente y debo apagarla a la fuerza. Se tarda años en reiniciar y me hace mil preguntas acerca de qué quiero revisar y qué quiero rescatar. Finalmente puedo seguir trabajando por un aproximado de 6 minutos, antes de que se congele otra. Entonces, lo que me tomaría 10 minutos en hacer, ahora me toma 45 (justo cuando lo que menos tengo es tiempo). Y como mi soporte técnico estará de viaje, si en una de esas mi computadora muere, pues me quedaré sin comunicación. Yo sé, nada grave, pero sí me complica un poco subir cosas al blog.
Por lo tanto, y regresando al propósito de este post, lo que quisiera decir es que el calendario de publicaciones de Pingüicas posiblemente se vea modificado temporalmente y estaré posteando… pues cuando me sea posible.
Por su comprensión, gracias. Gracias por dejarme desahogarme. A quien haya leído este post, gracias por escucharme. Y gracias por su paciencia.
Me voy que tengo mucho que recoger, lavar y cocinar (y seguramente esta computadora está por congelarse otra vez, mejor me apuro).
Ciao!