(Foto: LaNiñaMariposa Nov 2011)
Entraron en esa habitación que olía a heno húmedo.La noche anterior nevó como nunca antesY pudieron disfrutar del paisaje blanco,Edgar, su gato, hundía sus patitas en aquel algodón mullido llamado nieveY maullaba de forma curiosa.Cuando al cabo de unos minutos se tumbó en la cama.Él, sin mediar palabra se recostó a su lado mirándola de frente,
con la yema de su dedo índice le acarició las cejas.Ella le dedicó una sonrisa y cerró los ojos.Jamás se había sentido tan llena de paz.- Este es nuestro hogar. Edgar es feliz. Y yo...Yo también lo soy.Y pasaron toda la noche dibujando constelaciones.