Revista Literatura
Sentir en la calle un calor insoportable, ir al Mercado 28, estacionarte en la esquina donde te espera en su triciclo el "Señor de los Cocos", beber uno prácticamente congelado y después comer su pulpa con limón y un toque de chile piquín, es uno de los placeres más grandes que se pueden tener en esta época de comienzo de calores en Cancún.