De cómo publicar una novela puede convertirse en una montaña rusa emocional

Publicado el 26 abril 2015 por Anabel

Foto extraída de Photo Pin

Diréis que tengo abandonado el blog, lo diréis y tenéis mucha razón. Desde hace varias semanas tengo la cabeza en otra cosa, en otro lugar. Tengo la cabeza en Azaría. Primero han sido las correcciones, luego elegir una portada (en compañía de mi encantadora editora) y pensar, sobre todo mucho pensar, dar vueltas y vueltas a la cantidad de cosas que quiero hacer para apoyar mi novela. Hacerse ver resulta muy complicado, más de lo que parece, como dice Neus Arqués si no te ven, no te compran y desde luego no te leen.
Creo que no había pensado hasta ahora en la vergüenza que me causa exponerme ante todos con este libro, es casi, casi como salir desnuda a la calle. La novela es una  parte de ti  que, de repente, se muestra al mundo. Si resulta que eres un poco tímida (como es mi caso aunque nadie lo crea) la dificultad se multiplica. Pero a pesar de esa reticencia a exhibirme, no puedo dejar de escribir, ni de desear publicar y por supuesto de ansiar lectores. Sí, lo confieso, yo ansío a los lectores, aunque no los conozco (y me gustaría), aunque no sé nada de ellos (y necesito saber) y a pesar de que me atemoriza que alguien pueda decir: no me gustó tu novela. Esa idea me aterra.

Sí, sí es mi letra y es incomprensible, lo sé


Tal vez antes los escritores podían sentarse a esperar que fuesen las editoriales las que hicieran todo el trabajo, sin embargo el mercado ha cambiado mucho y ahora es imprescindible una postura más activa: este es mi libro y he venido aquí a presentarlo, a que lo conozcáis. Ahora me resulta mucho más comprensible las míticas palabras de Francisco Umbral en aquel famoso programa de Mercedes Milá: "He venido aquí a hablar de mi libro". Lo que sucede es que no es suficiente con hablar del libro de uno.  Somos muchos los que queremos hablar de nuestros libros, de qué los hace tan especiales, de por qué debe interesarse alguien por ellos. La competencia es dura, sobre todo en el momento en que muchos somos escritores anónimos y es ese anonimato lo que nos destroza e imposibilita la salida.
Resulta fastidioso encontrase con libros "escritos" por personajes conocidos cuyas carreras profesionales poco o nada tienen que ver con la literatura, pero si queremos ser sinceros, tienen muchísimos seguidores y una cantidad de ventas exageradas que ayuda a la industria a sostenerse y publicar  otras personas que, como yo, no podríamos hacerlo normalmente. Hoy en día es muy complicado que una editorial se lance a publicar a alguien que carece de experiencia previa y por ese motivo estoy muy agradecida a Ediciones del Serbal y también a mi agencia MdM con María José de Miguel a la cabeza. En fin que me lanzo al ruedo y durante una temporada estaré bastante pesada y tendréis que perdonarme (o ignorarme, lo dejo a vuestra elección) porque hablaré de Azaría, de Inés la Espanzurranovios, de Rafaela, de Roberto Martín, de los hermanos Gutierrez, ... y lo haré como si fueran de la familia, porque en realidad podría decir que casi lo son. También hablaré de perrunillas, cortadillos, de cómo se hace un almorraque, o de que la primera mujer alcalde en España fue nombrada durante la dictadura de Miguel Primo de Ribera. Os contaré como fui  buscando documentación, lo interesante e importantes que resultan nuestros archivos y lo mucho que me he divertido discutiendo sobre cuántos cántaros se pueden llevar para recoger agua.

Foto extraída de Photo pin


También os adelanto que estoy viendo como generar un dominio personalizado al que trasladar este blog y lo que vaya escribiendo, así que no os asustéis si de repente os redirigen a algún otro sitio.
Doy las gracias por la atención y el cariño que siempre prestáis a este blog, a mi persona y hacia esa novela que se nos viene encima. Os doy las porque en lugar de estar leyendo este batiburrillo de ideas inconexas, podríais estar viendo la tele, dando un paseo o mirando la vida pasar (que también es recomendable). Gracias por los minutos que me dedicáis y también por la oportunidad que sé que de daréis Azaría. Ya faltan pocos días para que salga a la venta, menos días aún para que pueda tener un ejemplar en mis manos, ni que decir tiene que seréis los primeros en verla.