De compras por Viena y algo más

Publicado el 06 noviembre 2014 por Perropuka

S.E., no olvidó de llevar a su paje de asuntos marítimos, el expresidente Rodriguez Veltzé (centro)


No bien había retornado al país, Evo el Austero, luego de que fuera invitado a La Habana donde pudo destilar un poco de su valiosa sapiencia para acabar con terribles virus y otros males que azotan a la humanidad; posteriormente partía a velocidad de cohete hasta el Vaticano para ir a cenar con el mismísimo capo de la cristiandad al tiempo que sellaban magníficos acuerdos comerciales (epa, quise decir espirituales); cuando al poco rato tuvo que revisar su recargadísima agenda: total, algunas obras que esperaban el corte de tijera tuvo que encargarlas al vicepresidente para que este las inaugurara en su nombre. Urgentes compromisos de talla mundial demandaban otra vez su cara presencia.
Mientras en Bolivia todo el mundo recordaba a sus difuntos y gozaba de un larguísimo feriado, el inagotable líder de las 36 naciones creadas por él mismo, llegaba a tierras austriacas donde fue invitado a bailar en la Conferencia de los Países en Desarrollo y sin Litoral, un nuevo club fundado hará un par de años al ritmo del oleaje del Danubio Azul (el vals, por supuesto) y al parecer más exclusivo y potente que el hermético Bohemian Grove, ya que apenas 32 estados pueden presumir de que no tienen costas y de no perder el tiempo en hablar de un paisaje aburrido conocido como altamar. 
Ignotos países de fábula como Bután, Nepal, Níger, República Centroafricana, Burundi, Ruanda, Suazilandia, Botswana, Macedonia, Armenia, Kirguistán, y emergentes potencias de la nueva ola como Bolivia, se reunieron en los elegantes salones de la capital vienesa al tiempo que degustaban chocolates Mozart (me consta que existen, yo mismo los he probado), para admirar mutuamente sus trajes típicos y aprenderse de una puñetera vez los pasos correctos de un valsecito para no estar haciendo el ridículo en la próxima boda a la que fueren invitados. 
El foro-coloquio organizado por el más importante de los organismos más inútiles (ONU) tuvo el importantísimo objetivo central de poner a parlotear a tan dignos representantes y que de manera colegiada descubrieran que el atraso y pobreza de estas naciones se debían fundamentalmente a la carencia de costas propias y a la mezquindad de los países marítimos que ponían trabas a sus exportaciones. Eso sí, no se preguntaron cómo Suiza, Austria, República Checa, Luxemburgo y otros se las ingeniaban para salvar los obstáculos y seguir compitiendo en condiciones tan inhumanas. 
Aprovechó el caudillo para quejarse por enésima vez de la deplorable condición boliviana sin su pedazo de playa, ya que si tuviéramos aunque sea un corredor, seríamos toda una potencia regional como se ha oído afirmar a sesudos analistas del comercio y de la geopolítica. Al leer, emocionado, su discurso encargado soltó perlas como esta: “sostenemos que el Océano Pacífico es un mar de paz y para la paz de los pueblos(con razón, Núñez de Balboa se devanó los sesos para ponerle el nombre)… Son tiempo de pueblos y no de imperios, son tiempos en los que nuestros pueblos han consolidado la integración, que facilita nuestra convivencia pacífica; es obligación de todos, trabajar por una hermandad mundial y garantizar una paz duradera, en completa armonía entre los pueblos naciones, estados y con la Madre Tierra”. Hurra por la fraternidad mundial, hermanos y hermanas.
Según un influyente ministro, con su participación, el presidente produjo en Viena un “punto de inflexión en la política exterior del país al impulsar el derecho de todos los pueblos al acceso al mar”, asegurando que los océanos son patrimonio de la humanidad. Hasta la oportunísima intervención del gran unificador de las aguas, nadie sabía que cualquier nación tiene derecho a tener una flota naviera por todos los mares y océanos del planeta y alquilar su bandera a cuanto marino lo solicite, incluyendo piratas y contrabandistas de altamar. Por lo visto, retozar en la playa y tomarse unas cervecitas enterradas en la arena había sido un todo un derecho humano. Y descubrir que se puede morir de sed entre tanta agua, también. 
Tanto encandiló a la audiencia la elocuente charla motivacional de Su Excelencia que, unánimemente, propusieron que Bolivia asuma la presidencia pro- témpore del grupo, luego de que el gobernante los invitara para un próximo encuentro al año siguiente “a fin de evaluar los resultados del II Encuentro que se realizó en Viena”. Al parecer, ya se ha corrido la voz de que el rey de la coca es un generosísimo anfitrión que siempre aguarda con las camas listas y menús exóticos a los visitantes. Se cree que George Clooney estaba reservando plaza para organizar en cualquier momento el “II Encuentro Mundial de los Hombres que miraban fijamente a las Cabras”. Así de paranormales están las cosas.
No olvidó el Guerrero del Arcoíris de recordar el incidente aéreo (secuestro, intento de asesinato, abducción, etc.) del año pasado y agradecer al “hermano” presidente austriaco de haberle salvado la vida al dejarle aterrizar a su nave El Falcon Millonario, compañero de lucha en las infinitas batallas morales que el caudillo ha emprendido contra el imperialismo y sus pérfidos aliados. Y por supuesto, tuvo la delicadeza de invitarlo a su próxima asunción al trono del nuevo Estado Plurinominal en enero de 2015, y, de paso, para que conozca los “trenes al cielo” (teleféricos) que S. E. ha obsequiado a los paceños de la mano de una constructora austriaca. Con razón, el señor Fischer había acudido aquella vez corriendo hasta el aeropuerto de Viena a arrullar al guerrero malherido: como todo buen estadista estaba protegiendo los intereses de su país. Con jugosos contratos y millones en juego cualquiera es solidario.