Revista Literatura

De cotonetes y esperas

Publicado el 31 mayo 2011 por Tuky @Tuky
Dotar a los objetos de funciones para las que no fueron creados, suele parecerme una protesta poética; algo así, como ver a un caracol manifestando a favor del tiempo.
Fui testigo cierta vez, de una confidencia: “lo último que ella compró para la casa, fue un tarrito de cotonetes. Cuando nos separamos, me prometí esperarla lo me durasen”.
La revelación de ese secreto me causó ternura y los detalles que le siguieron; donde él me contaba de las “trampas” que hacía para que le durasen más los cotonetes, podemos obviarlos.
De cotonetes y esperas¿Cuáles podrían ser formas de medir cuestiones de amor con objetos cotidianos?
Podríamos llevar la cuenta de cuántas zapatillas rojas vemos en un viaje de ida, o - ¿por qué no?- plantearnos que la espera puede ser contabilizada por hojas que pisamos (obviamente, esta técnica no es recomendable en otoño).
Se me ocurrió hace unos días, encuestar a personas que me rodean para saber si alguna vez habían medido cuestiones espirituales con objetos. El resultado me llevó a la conclusión: “tengo que rever mis amistades”.
Es que nadie, nadie de los que entrevisté, contó alguna vez con la ayuda de un objeto –aunque en el fondo, prefiero creer que les dio vergüenza contarme cómo llevaban la cuenta-. Algunos argumentaron con autosuficiencia, que no esperaban; y que esperar linda con el masoquismo o la baja autoestima. Otros, hasta se indignaron con mi pregunta.
¿Y yo? ¿Medí alguna vez cuestiones de amor con un objeto que no sea un reloj?
Sí.
  1. Tome una papa, preferentemente grande.
  2. Utilice el pelapapas para pelar su tubérculo (procure utilizar el objeto llevando un compás de vals)
  3. Cuente las cascaritas que caen para arriba.
  4. Usted podrá elegir entre las unidades de tiempo (horas, días o semanas) para esperar a esa persona (años no le recomiendo, porque -entre otras cosas- se le pudrirá la papa)

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas