De Enfados y Mierdas Prohibidas

Publicado el 02 febrero 2013 por Siguelashuellas

Pues a pesar de la que está cayendo… yo estaba calladita y viéndolas venir. No por nada en especial, más bien por especial desgana. Son tantos poros abiertos, tantos barrillos, tantos puntos negros que al final te sientes  hormiga enana en campo de fútbol gigante y terminas diciendo eso de… ¡que pa qué!, si ya hay tal multitud lamiéndose heridas que lo que empieza a llamar la atención son los que aún aguantan sin decir esta boca es mía: ¡mira, mira…ese de ahí todavía no ha explotado! –se dice que murmuran a codazo limpio los que no descienden de la sangre del Santo Job-. Pues lo dicho: hastiada y asqueada, escéptica, descreída y desperrada, sobre todo desperrada…y más, muchísimo más pero, aguantando con mis cosas… hasta que un día leo que a nuestra casa ha venido un ministro (y si, lo pongo con minúscula por que me sale de la peineta y porque las mayúsculas hay que ganárselas)…en fin, uno de tantos (ya es que me da igual)…de cultura, de sanidad, de su tía Rita la Cantaora…¡vamos, que uno de tantos!, y que nuestro Excelentísimo Señor Alcalde, avergonzadísimo de unos insulsos e insignificantes  insultos (¿insultos, dice?) que un grupo de desesperados desesperanzados lanzaban al aire con la sana idea de soltar un poco del veneno que nos han hecho tragar a la fuerza,  sale en los medios renegando de la imagen que se ha dado o pudiera darse de Badajoz.

En su opinión, es una pena que ese tipo de actitudes se convierta en el reflejo que se ofrece de la ciudad (palabras textuales)…

¡Señor, lo que hay que escuchar y lo que nos obligan a tragar! El reflejo de nuestra ciudad es el mismo que el de toda España, y si no gritamos más alto y con más mala leche es porque no nos quedan fuerza y nos faltan pelotas para ponernos de acuerdo y salir a la calle sin que nos dirijan unos cuantos con banderas (que también tienen por donde callar). El reflejo de nuestro Badajoz es el cartel que me he visto obligada a poner en la puerta de mi casa para que el guarro que cada día lleva a su perro a soltar la prebenda en ella, se dé por aludido, mientras ustedes (los que cobran por pensar y que tan tontamente se humillan por unos insignificantes gritos que además, los llevan con el sueldo) son incapaces de solucionar algo tan sencillo como mantener las calles libres de mierdas de perro, ¡coño!, ataquen las carteras de los dueños guarros de una puñetera vez y hagan algo para que al menos, cuando asomemos los hocicos a la calle, tengamos la sensación de que en las cosas de andar por casa, progresan adecuadamente.

Ya sé que puede parecer difícil pero, no estaría de más algo parecido a una coordinación entre barrenderos con agentes que ya están en segunda actividad…no sé, no me pagan por pensar pero seguro que ellos saben mucho de calles cagadas un día si y otro también, y los agentes a dos telediarios de retirarse, mucho de multas.
Y no es que la limpieza vaya a devolvernos la fe que hemos perdido a golpe de cuentas en paraísos fiscales que después nos obligan a pagar a los pobres pisoteados que vivimos en la base piramidal, a fuerza de subida de impuestos, bajadas de sueldos y asaltos de pagas extras…pero bueno, seria una manera de aceptar pulpo como animal de compañía sin que nuestra inocente pituitaria sufriera los excesos de unos cuantos guarros insolidarios. Usted se enfada por una tontería de nada pues, tengo entendido que nadie gritó: ¡manos arriba, esto es un atraco! Y yo me cabreo porque un cerdo dueño de un pobre perro (aunque por el tamaño de la mierda bien podría ser un elefante) cada noche, impunemente nos planta un mojón a las puertas de casa sin que nadie libre una batalla por mi pobre y maltratado estómago.

Señor Alcalde, deje de librar batallas perdidas y luche con más ahínco por limpiar de verdad el nombre de Badajoz. Que allá los forasteros con minúsculas, sus cuitas, sus ministerios, sus verdades y mentiras…y que cada palo aguante su vela. Que la mía, de momento, ya me duelen los brazos de sujetarla yo solita.

  • María Penís