Este año, por motivos que desconozco, han adelantado la fecha de exámenes en la Escuela de Idiomas. Esto quiere decir que pasaré una semana la mar de entretenida y que estaré libre cual pajarito, ya sí, a partir del miércoles por la tarde.
Este fin de semana, para prepararme un poco el examen del lunes y desconectar de varias cosas que tengo en mente y no se deciden a salir de ahí, lo pasé en casa de mi abuela, en el pueblo. Desafiando a la alergia (drogada, diría yo), pero disfrutando del sol en compañía de Cobi, como bien se ve en la foto de arriba.
Me ha venido bien eso, desde luego. Repaso a fondo de francés, para el examen del lunes y del miércoles. Montones de anotaciones que he hecho en el cuaderno, casi todas ellas de ideas sueltas que no sé qué darán de sí, pero ahí están. Aire libre y solecito, que se agradecen también. La mente más despejada, volando lejos y más calmada.
De cuando en cuando sienta este tipo de retiros de maravilla. Viene una con las pilas cargadas.
Ahora me toca ponerme las pilas, apretar un poco y en unos días estaré libre para darle la bienvenida al verano con los brazos abiertos.
Y no os podéis hacer una idea de las ganas que tengo de ellos y de tener por fin todo el tiempo que quiera para escribir hasta que se me caiga la mano por el camino.