
¿Qué sería de mi verano sin estas celebraciones? En mi descanso vacacional no pueden faltar las fiestas populares, con todos sus tópicos y tradiciones. Inolvidables son esas verbenas de los pueblos, o esas orquestas que recorren España amenizando las noches de verano, poniendo a bailar cumbias y pasodobles a los personajes más variopintos.
Y después de los bailes, las no menos típicas sopas de ajo! Al menos por aquí por el norte, no hay fiesta que se precie sin sus sopas de ajo. Algunos ni siquiera llegaran a tomarlas, porque terminan por los suelos mucho antes. Otros prolongan la noche hasta el mediodía, tras la no menos tradicional chocolatada.
Y así, noche tras noche, porque en cada una de las madrugadas del verano seguro que una fiesta se celebra en algún rincón del país.
¿A cuento de qué viene esto? Pues porque así, entre fiestas y verbenas, han sido mis últimos días de vacaciones. Y hoy quizás sea la verbena definitiva, el broche de oro a un mes de agosto que yo casi doy por finalizado. Porque tras este fin de fiesta, (popular, xD) mi descanso veraniego se termina, y volveré a mi casa, a mi blog, a mi hogar... para quedarme, y una vez más, para estudiar.
Agosto va pasando. Septiembre está a la vuelta de la esquina.