De firmas y dedicatorias

Hoy no estoy inspirada. Nada de nada. Después de haber pensado ayer que nos moríamos en un avión en medio del temporal, hoy he vuelto a pensar que me moría cuando he visto el parte de quirófano. Y, de hecho, ahora mismo estoy muerta y ésta que os escribe no es una fantasma, porque yo de fantasma no tengo nada. Pero sí una muerta de carne y hueso. Sobre todo, carne.  Pues eso, que no estoy inspirada. Y que quería contaros, lo primero, lo maravillosas que son las entrevistas de Carlos Gil, a quien no conozco personalmente, pero del que me declaro fan incondicional. Pero me sale así de soso, porque la inspiración está como la Sanidad, que no se vende, pero se defiende, la jodía y no hay manera. Carlos hizo una entrevista en Gestiona Salud, antes de la firma, a tres personas que habían leído "El blog de la Doctora Jomeini", entrevista que podéis oir en el blog de su programa, aquí.  También antes de la firma hice una entrevista con Diario Médico. Su fotógrafo me hizo unas fotos en La Casa del Libro, donde posé como si fuera una vedette. Así podréis comprobar que soy la persona menos fotogénica sobre la faz de la Tierra.Y que, aunque la moan se vista de seda y se corte el pelo a lo Anne Hathaway, mona se queda.  O mejor, lo comprobáis hoy con estas fotos acompañando a algunas de las personas que fueron a la firma. 

Una terapeuta temprana (que llegó la primera, en honor a su nick)

A Santiago, de Red Pacientes, lo dejé posar solo. 

Floren y su marido

Esperanza

La Maripili

Matahari

Rebeca Rus, que me firmó su novela Ginebra para dos, que os recomiendo sin dudar.

María Bibliovirtual

EC-JPR

Fátima y Almudena, estudiantes de Medicina, que no saben dónde se están metiendo. Guapas.

Sonsoles, que me sufrió como tutora de residente durante tres años.

Espe. Una anestesista genial

Vir, de Estrellas de Lana

Las chicas de Nowtilus, Isabel y Raquel, que aguantaron estoicamente un viernes por la tarde. 

Alicia, otra del lado oscuro, y su hija

Luis, Mon, Eva, Ana y mi santo.
Falta mucha gente, porque en el fragor del momento, me olvidé muchas veces de hacer fotos. Y falta sobre todo, mi cara de concentración pensando dedicatorias. Que no es nada fácil. Es más fácil escribir el libro. Pero ya os adelantaba que es que hoy no estoy inspirada.