Tenían la floristería más bonita de todo el pueblo. Era una tiendecita
De flores y funerales
Publicado el 27 mayo 2011 por Elcocteldeloscuentos
Entrada programada
Tenían la floristería más bonita de todo el pueblo. Era una tiendecita pequeña, con las paredes forradas en madera, dos columnas a las que se abrazaban un poto y una enredadera, y cientos de miles de muestras de coronas y arreglos. Desde siempre el negocio había marchado bien, sobre todo cuando decidieron contratar a unos muchachos para que hicieran los repartos a domicilio. Aunque ultimamente, el negocio se había estancado. Hacía tiempo que nadie se moría en el pueblo. Habían cambiado las caras coronas por ramos de novia y ramilletes para chicas que iban a bailes de fin de curso. Por lo que hacía meses vencían una sola corona, tenían que hacer cien ramos de novia y cincuenta ramilletes. Y no había tantas novias deseando comprar flores para su día especial ni tantas muchachas graduadas como para que la floristería siguiera acarreando con los gastos de la casa. Tanto es así, que la familia que regentaba la floristería, estuvo planteándose echar el cierre. Finalmente, tras mucha discusión y decidir que no iban a dejar que su negocio se fuera a pique, planearon una oleada de crímenes perfectos.
Tenían la floristería más bonita de todo el pueblo. Era una tiendecita