Revista Diario

De horarios y mejoras

Publicado el 14 marzo 2012 por Belen
El tiempo, ese tesoro que todas las madres anhelamos, eso es lo que me falta estos días para poder actualizar el blog, para contaros mis últimos pensamientos y reflexiones, que no son pocas. Pero no me da tiempo, me levanto muy temprano, me acuesto tarde y aquí no paramos. Eso lo sabemos muchas, o casi todas, no cuento nada nuevo ni sorprendente. 
Pero no solo quiero pasarme por aquí para contar lo malo, últimamente también han pasado cosas buenas. Una, la más importante, es que el Peque está mejor, mucho mejor. Tras la última visita a su neurocirujano las cosas han comenzado a mejorar. Confieso que estaba asustada, y aún lo estoy. Y me da miedo decirlo en voz alta, pero la realidad es que el dolor ha ido cediendo poco a poco. Y aunque hay tardes que tiene alguna ligera molestia, el día lo pasa muy bien. En el colegio no deja de tener continuos avances, ha empezado a leer (y lo hace tremendamente bien), la escritura, matemáticas,...... La parte cognitiva está imparable, pero también sucede con la parte física, tardes de parque y juegos, patinete, bici, fútbol. Ya no le pongo trabas, he querido ver si su pequeño cuerpo puede resistir el ritmo de un niño totalmente "normal". Que fea palabra, pero con ella todos podréis entenderme. 
Y sí, puede, resiste, avanza, sonríe, ¡hasta come!. Le veo y me lleno de orgullo, está pasando unas semanas maravillosas. Qué fácil sería cerrar los ojos y olvidar lo demás. 
Solo debo tener una consideración, y es respetar sus horarios de sueño. Me he dado cuenta que necesita dos cosas, no sobrepasar las 9 de la noche para irse a la cama, a fin de dormir en torno a las 11 horas. El descanso, el estar todo ese número de horas en posición horizontal (a la válvula le viene bien ese descanso) y evitar el cansancio físico extremo son cosas fundamentales en su estado de salud. 
Sé, a estas alturas no me voy a engañar, que si las cosas no van ya puedo ponerle a hacer el pino puente, que no van  y punto. Pero también sé que si las cosas van regular sí pueden ayudar, y mucho. 
Entre diario a las 9 en la cama, soy muy rígida con sus horarios de comidas, con su tiempo en el parque (nunca más de 2 horas) y con la calma antes de la cena  e inmediatamente después. 
Quizá sea por eso, porque pienso como madre hiperprotectora de su cachorro, que no entiendo que niños que al día siguiente madrugan pasen 3 y 4 horas en el parque cada tarde, llegando al límite de sus fuerzas. Quizá porque escucho al hijo de los vecinos cada noche llorar pasadas las 10 y las 11 de la noche a sus escasos 3 años como consecuencia del cansancio extremo. Quizá porque soy muy rígida en mis costumbres. Pero esta reflexión la dejo para la próxima. De todos modos, ¿qué pensáis?. ¿Debemos tenerles en la calle toda la tarde o consideráis mejor mantener unos horarios rígidos a pesar de la llegada del buen tiempo?.

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