De hormonas y otras tonterias

“Todos podemos jugar a ser cenicienta, a poder llamar la atención de esa otra persona”

Últimamente me preguntan acerca de mi vida sentimental, y como ocurre con mi trabajo suelo responder: “siguiente pregunta”, también en ocasiones aparece mi ataque verbal de esos que con una sonrisa despotrico a diestro y siniestro para acabar terminando en la misma frase de siempre. Aunque puede ocurrir que saque lo peor de mi y en unas pocas palabras escuetas resuma lo que estoy sintiendo o dejo de sentir con una voz de ultratumba. Si, la verdad es que eso también puede ocurrir. Mis amigos asienten pero saben que diga lo que diga sigo estancada en ese punto desde hace unos meses, haga lo que haga, diga lo que diga, puedo llegar a sonreír de forma enigmática mientras recuerdo ciertas palabras… Puede que tenga algo de romántica, o puede que no, nunca lo sabré.

A los hombres le entran las mujeres por los ojos, o eso es lo que dicen muchas personas seguramente, si lo que ven les parece apetecible una lucecita interna se les encenderán. Yo siempre digo que las mujeres como los hombres tienen sus propios trucos, y que cualquiera de nosotras podemos asemejarnos a una de esas celebrities que andan de un lado para otro saliendo en la prensa o en los medios de comunicación. Solo hace falta maquillaje, una buena vestimenta, una sonrisa y una buena conversación. Yo no sé si será mi falta de autoestima, mis pocas ganas de volverme a ilusionar por mis recientes experiencias o no sé que más… Lo que se es que cada vez tengo un poco mas de miedo y una coraza que va creciendo.

Y todo esto viene porque esta noche celebrando un cumpleaños, en la barra del bar he visto como me observaba un chico, no sabría definir muy bien su mirada pero me estaba poniendo nerviosa porque notaba sus ojos sobre mí. Al girarme me sorprendió verle, pero cuando giré de nuevo ya no estaba. Mas tarde, le vi sentado en una mesa con otras dos chicas, le saludé, primero porque era el compañero de piso de quién ha sido durante meses atrás una especie de “perro del hortelano” para mí, segundo, porque si voy a pasar frente a frente a él sería violento no hacerlo. Su conversación era mucho mas fluida que otras veces que he coincidido con él, mucho mas atento y mas sonriente. Supuse que el cambio sería porque siempre me veía cuando salía del trabajo o las veces que iba a visitar al otro chico, y allí me encontraba yo maquillada con mini falda y chaqueta de negro. Y me di cuenta lo fácil que podías llegar a llamar la atención con cuatro pequeños toques, sobre todo si el chico es rubio, de ojos azules y cuerpo atlético.

Pero a estas alturas que queréis que os diga, llamarme exigente o llamarme estúpida, pero no busco un niño de cuerpo bonito. A estas alturas quiero algo que he echado de menos con las últimas personas que he tenido algo más que una amistad: “respeto y valoración”. Y eso es algo que siempre escasea…