Ante la inminente llegada del núcleo veraniego por excelencia, momento que suele favorecer el aumento de la demanda, las empresas se esmeran en sus actuaciones para aprovechar un sprint comercial que les puede reportar beneficios, en ocasiones significativos dadas las circunstancias. Diversas estrategias son necesarias para poder rentabilizar esta época del año, o lo que es lo mismo, para que el mes de julio pueda hacer ya su particular agosto.
Ofertas, rebajas, descuentos, nuevos lanzamientos, coleccionables, personalizaciones,…. todo es poco para poder conquistar el mercado en estas fechas. Pese a las condiciones exigentes del sistema económico actual, las organizaciones realizan un sobreesfuerzo para responder a sus clientes e intentar, al mismo tiempo, poder implementarlos con numerosas acciones atrayentes. De esta manera productos y, especialmente, servicios se promueven a través de múltiples fórmulas para poder cautivar a los consumidores más indecisos así como aumentar la confianza de sus públicos fieles, que no es poco.
De igual modo la publicidad y los eventos de diversa índole, complementados con las poderosas redes sociales, conjugan distintos conceptos creativos para reforzar las acciones comerciales. El humor, el relax o la diversión, entre otros, vertebran numerosos mensajes que pretenden captar la atención a la vez que evadir al receptor para aproximarlo a una atmósfera más sosegada y refrescante. Son formas amenas y sencillas de socializar la oferta que suelen aportar buenos resultados a los proyectos y cumplir los objetivos preestablecidos.Se convierte así el periodo estival en una etapa esencial en el calendario comercial. Un período en la que la diferenciación adquiere una mayor trascendencia y posibilita recoger los frutos de una adecuada planificación, acorde a las exigencias competitivas. Se trata, en resumen, de informar y persuadir para poder vender y convencer.Periódico ESCAPARATE. Suplemento de economía (Agosto-Septiembre 2013)
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