Revista Literatura
Un tema de actualidad que me interesa, porque las letras forman parte de mí, es la comunicación virtual escrita. La educación al respecto. Últimamente me han surgido dudas sobre lo que está bien o no, en este aspecto de las relaciones humanas.
De un lado, las reglas de la asertividad -que deben funcionar siempre en doble sentido- te otorgan el derecho de no responder a cuestiones no deseadas. Esto es: estás en tu pleno derecho de no contestar un mensaje, comentario, carta, correo, e incluso de abandonar un chat en mitad de una conversación con otra persona. Todos hemos vivido alguna situación así. La justificación o excusa -sólo si la otra parte pregunta- suele ser una "caída" de la Red o una interrupción imprevista de tu vida "real".
De otro, nadie suele ofenderse o lo toma de modo personal si esto ocurre, y si lo hace es un problema suyo y de su falta de seguridad o madurez. Es muy distinto si estos "cortes" en la comunicación ocurren en el plano físico de nuestras vidas. Nadie comprendería que se nos abandonara en mitad de una charla y con un café mediante... ¿Verdad?
Sin embargo me pregunto si, teniendo en cuenta que nuestras relaciones/comunicaciones actuales cada vez ocupan más tiempo virtual que real (hay días que hablo con mi marido más por la vía del messenger que en nuestra casa...), no habría que cambiar esta norma del "desaparecimiento sin más" y adaptarla a nuestra realidad habitual. Ésta, queramos o no, se plasma cotidianamente en nuestros correos electrónicos, nuestros mensajes públicos o privados de Facebook, Twitter, LinkedIn, nuestros comentarios en páginas webs o blogs, chats, etc.
En mi caso particular, seguiré sin molestarme porque una persona no responda a un envío virtual escrito mío. Aun -incluso- cuando la cuestión sea mi interés por ella: entiendo que quizás me esté entrometiendo en su vida más de lo debido y la falta de respuesta sea una forma de reservar su intimidad. Yo he dejado de contestar algunas preguntas por ello mismo, y me gustaría que se entendiera igual sin mayores problemas. La asertividad -en este caso concreto- no es sólo negarte tú, sino también aceptar la negación o evitación del otro.
¿Que quizás esto debería cambiar en un mundo cada vez más virtual en cuanto a las relaciones se refiere, y en el cual la escritura es nuestra única forma de interactuar...? Me lo sigo planteando y, de momento y salvo que las preguntas que se me hagan sean excesivamente privadas o estén fuera de lugar (spam), yo seguiré respondiendo a todo aquel que me requiera.
Como así me dictaría la educación en mi vida real...