La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde.
(Miguel de Cervantes)
Una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante.
(Aldous Huxley)
Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen.
(Marcel Aymé)
Una virtud simulada es una impiedad duplicada: a la malicia une la falsedad.
(San Agustín)
Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Lo falso no dura mucho.
(Marco Tulio Cicerón)
La falsedad y el disimulo son útiles dentro de la vida social. Yo esta condición no la he tenido, y creo que el no tenerla me ha perjudicado más que otra cosa.
(Pío Baroja)
Me decía mi madre, no hace mucho, que si algo no soportaba de las personas era la falsedad. Debo haberlo heredado, pues. Yo no sólo no la soporto: la detesto y me produce vergüenza ajena. Hay quien me aconseja -no que vaya de farisea, pues eso sería insultarme- que me muestre más diplomática; que vaya por la vida con cierta “hipocresía social”, que así me iría mucho mejor.
Sin embargo, y aunque lamentablemente tenga razón (en la práctica y vistos los resultados), soy totalmente incapaz de fingir. Nada. Debo ser de las pocas mujeres -por lo que leo y escucho- que nunca ha simulado un orgasmo… así que imaginad otras cosas. Ser leal a mis principios no me supone convertirme en una sincera salvaje, no. Sé contenerme lo suficiente como para no ir arrojando mis opiniones a la cara de la gente, que a fin de cuentas son sólo mis opiniones. Otra cosa es que alguien me las pida. Que mi reflexión resulte, al margen de sincera, dulce o amarga dependerá también de la importancia que esa persona tenga para mí, claro está.
A este blog, que es privado y que para nada es como hablar en la calle (sic), tienen restringido el acceso determinadas personas. Tal vez paguen justos por pecadores, pero no puedo hacerlo de otra forma. Es gente que no me entiende; no debo explicarme Mas, ni creo que mis lectores habituales lo necesiten…
Para finalizar, os regalo (clic en su nombre) un minuto de Arte con mayúsculas contra la estupidez sectaria en minúsculas. Ah! y no lo digo yo: lo dice Beni de Cádiz.
¡Ole los andaluces valientes que saben defenderse sin complejos! ¡Ole lo que llega, y lo que pega! Por la gloria de mi madre…