Fueron dos cosas en las que me inspiré para escribir. Una de ellas es el miedo.
Mucha gente lo relaciona todo con una suerte de triángulo perfecto; la fiebre porcina, el terremoto en Haití, el terremoto en mi país, luego un segundo terremoto donde el epicentro mismo fue en mi ciudad, y por último un terremoto en Japón. Aunque ya con ésto son cinco razones. Cinco buenas razones para que algunos estén completamente convencidos de que algo grande se nos viene encima. Hay muchos otros factores que vienen de fuera, como la literatura sensacionalista, o el cine mismo que, dicho sea de paso, no habla más que del fin del mundo. Vivo es el director que toma como herramienta el miedo de la mayor parte de la humanidad ignorante sobre un final en el año 2012, y predecibles fueron aquellos videntes que uno podía ver por la tele, que predecían otros terremotos, y de paso, te daban uno que otro número de la lotería.
Películas como Knowling del director Álex Proyas, con actuación de Nicolas Cage (Película muy entretenida, por cierto) y también la muy producida 2012 de Roland Emmerich, con John Cusack como protagonista principal (Contrario a la anterior, y dejando en claro que son muy distintas, esta última no deja de ser una mierda de película)
Nota : Creo que tendré que dejar mi crítica sobre estas dos películas para terminar de convencer.
A lo mío. Predecibles fueron aquellos tsunamis del primer terremoto en Concepción. No hacía falta un experto para darte cuenta que una ola de veinte metros se te venía encima, ni caso debíamos hacer a la falta de obviedad de parte de Michelle Bachelet, justo al momento de descartar enormes olas. La ecuación era simple.
Predecibles fueron los religiosos que se acomodaron en las esquinas de los pasajes con un micrófono y un enorme altoparlante, gritando con fiereza y ayuda divina "¡Hermano mío, arrepiéntete ahora que puedes, porque un terremoto aún más grande se aproxima!...El poco aguante y paciencia que le iba quedando a la gente con las réplicas, se terminaba con este tipo de larva en dos pies volviendo a ponerle carbón al miedo.
Sigan creyendo que el fin del mundo está más presente que nunca por estos días, porque "en algo debemos creer" ¿Verdad?
Yo he comenzado a tocar música para no leer el diario. Es terapia.
PD; La segunda inspiración la escribiré cuando vuelva.