6:00 am, lavacoches, Denver
Creo que este método de comunicación es casi tan impresionante como las raíces de Cuñada Roble. Con dos sencillos pasos ya pude ver a Xoop recién salido del país de los sueños y él a mí desde aquí. Las conexiones arcoíris-arcoíris son impresionantes y ecologicomágicas. El pobriño acababa de abrir el grifo de la ducha y se quedó anonadado con mi aparición.
- Buenos días - entoné en una melodía que invitaba a las sonrisas.
- Sí, buenos... - bostezó Xoop - para tí, supongo. Oye Xii ¿has vuelto a usar algún artilugio de J? Estás en... ¿dónde? [Gramática matutina de Xoop. Digna de estudio.]
- Después de lo que pasó la última vez, dudo que coja nada que lleve el nombre de J en un tiempo. Me he limitado a invocar a la diosa Iris. Y estoy en Denver, un curioso lugar. Pero no te he llamado para hacer un capítulo de Flandianos por el mundo universos alternativos varios, así que iré al grano. Creo que es el momento de ascender, de dejar atrás nuestros trajes de becarios y hacer que despegue nuestra carrera...
-... yo creo que ya ha despegado unas cuantas veces en lo que llevamos en el Aca Times.
- Haré como si no te hubiera escuchado... Ya sabes que hay mucha gente que ha entrevistado a presidentes, príncipes e, incluso, reyes. Pero ¿cuántas personas han entrevistado a un dios griego?
- Esto viene a que tenemos que reseñar Percy Jackson y el ladrón del rayo de Rick Riordan ¿verdad?
- ¿Y qué se supone que es un mestizo?
- Lo que se conocía como héroe. El fruto de un humano y un dios. Conserva la fragilidad mortal y posee extraordinarios poderes de origen divino. Además creo que los monstruos del mundo entero opinan que tienen una fragancia exquisita que los atrae de forma incontrolada con el único fin de matarlos. Y, lo quieran o no, sus destinos son, casi siempre, especiales. Aunque para el resto de los mortales son sólo chicos problemáticos con THDA y dislexia. Y, como ya sabrás si te has leído el informe para la reseña, Percy Jackson es un mestizo.
- Lo sorprendente es que la hayas leído tú. Vale que estés informada, pero creo que el informe decía que los humanos corrientes no podíamos ver lo que estos seres de helénica sangre ven. La niebla hace que adaptemos la realidad a nuestro razonamiento. Y tú, por lo que parece, estás usando "métodos divinos" y no creo que seas mestiza... yo tampoco lo soy... ¿dime qué demonios estás haciendo?
- Soy mestiza.
- No, no lo eres.
- Y aquí es cuando yo debería decir eso de ya, ya, ya... Pero es que sí que lo soy y tú también. Verás, la última vez que fuimos a tomar un refresco... tenía un invento del profesor Mycroft y... bueno, eso ha estado moldeando tus células hasta el día de hoy. Digamos que poco a poco te volviste mestizo. Pero no te preocupes, el efecto acaba en la última reseña de la saga Percy Jackson y los dioses del Olimpo.
- ¿Desde cuándo llevas pensando en esto?
- Desde que vi a Logan Lerman (más o menos)
- ¿Hay algo más que deba saber?
- Pues que iremos dando saltos de reseña en reseña y que sólo tenemos este mes para conseguirlo.
- ¿Sabes que esto de convertirme en Olivia Dunham de Fringe tiene un precio, verdad?
Ains, que bonico es Denver
- Sí, y se llama amistad. Y me encantaría hablar horas sobre esto pero hasta que no te reseñe el primer libro de la saga no te transportarás aquí, así que allá va (espero que quien haya visto la peli se lea el libro porque es un millón de veces mejor y no se parece en na-da). He llegado a la feliz conclusión de que quiero ir al Campamento Mestizo: es el lugar de residencia de los semidioses (para algunos sólo veraniega y para otros anual). Allí estos héroes aprendes a defenderse y a manejarse con el griego clásico (su verdadera lengua). Aunque el director, el sr. D, es un rancio a todos los efectos y tiene un magnífico director de actividades: Quirón (sip, ese centauro hacedor de grandes héroes). Pero, sobre todo, quiero salir de misión y pasar por todos esos carismáticos personajes: quiero un Caronte, con sus trajes italianos; o algún sátiro como Grover, con su amor por la naturaleza y sus sueños. Porque, para que engañarnos, se trata de una historia cuyo reparto sabe qué quiere, a donde van y, especialmente, quienes son (Percy, claramente y por ser el prota, anda pelín más perdido que el resto). Desde los malos malísimos a los fenomenales buenísimos, todos rezuman personalidades únicas por los cuatro costados. Pero aunque adore a todo bicho viviente, la verdad es que no me gustaría ser Percy. Vale que tiene unos poderes muy chulos que aún está descubriendo y que tiene la gran suerte de conocer el Campamento, pero eso de tener que recuperar el rayo maestro de Zeus para evitar una Tercera Guerra Mundial es una carga pesada y una misión, cuanto menos, complicada. ¿Algo positivo? Tiene de su lado a los mejores amigos que cualquiera desearía para esta aventura: Annabeth, hija de Atenea y estratega sin igual; Grover, peculiar sátiro de grandes ambiciones; o Quirón, respetable y sabio maestro al que conviene escuchar. Y por si fuera poco, detrás de todo esto hay una profecía no muy esperanzadora. Rick Riordan nos narra a buen ritmo y por boca de Percy lo que le sucede al mismo (y he de decir que lo hace de una forma fresca y amena). Casi sin quererlo se suceden los inesperados hechos que muestran la pasión de este autor por la mitología.
- Pues lo del Olimpo lo he supuesto. Si quieres entrevistar a un dios que menos que visitarle en su lugar de trabajo.
- Sí. Así que prepárate, creo que tienes una hora antes de venir aquí (mágicamente y sin lugar a evitarlo, me temo [Risa malvada]). Yo tengo que dejarte, el agua se acaba.
Y sin tiempo para más, la conexión entre ambos se cortó.
Cámara: Xoop
Novela: Percy Jackson y el ladrón del rayo de Rick Riordan