Los que me conocéis más sabéis que esta semana he pasado por una experiencia de esas que te dejan tocada y triste y que te hacen pensar y replantearte el sentido de la vida. Yo no soporto pensar en la muerte; quizá porque no soy religiosa o porque simplemente me agobia, pero intento recordar lo menos posible que algún día voy a estirar la pata. Sé que eso está ahí, que llegará, pero no lo tengo presente ni quiero pensarlo.
Por eso cada vez que me siento en uno de los sofás del cementerio me replanteo muchas cosas. ¿Qué pasará cuando yo me muera? ¿Quienes estarán aquí, llorándome? ¿Habré vivido muchos años? ¿Habré sido feliz?
Y siempre llego a la misma conclusión: no quiero tristeza. Todos morimos. Es algo natural y necesario, inevitable, y aunque también sea inevitable lamentarnos y sentirnos tristes cuando alguien a quien queremos se va -por lo mucho que le echaremos de menos- creo que se puede replantear el asunto hacia una experiencia un poco menos negativa. En México por ejemplo los entierros son una fiesta. Los muertos ya no sienten, y nosotros, los que nos quedamos aquí, podemos recordar a esas personas que se fueron con pena o con el orgullo y la emoción de haber podido compartir parte de nuestras vidas a su lado. Con la alegría de haber sido un poco más dichosos por conocerles.
Sé que el día que me muera habrá gente que se pondrá triste. O por lo menos mi gato, si es que sigue vivo para entonces. Que lo mismo mañana me da un yuyu y me piro, qué queréis que os diga: la vida es así. Pero también os diré que yo he hecho lo que he querido todos los días de mi vida. Que he sido muy, muy feliz. Quizá molaría conocer a Hugh Jackman antes de diñarla y que me diese un meneo pero vaya, que tampoco es imprescindible. Salvo el asuntillo de ir a Nueva York no hay nada que a día de hoy piense que me queda por hacer para poder morir tranquila, y eso es muy grande, sabéis. Me da cierta tranquilidad que quizá hace unos años no tenía, y mola. Y por eso me he decidido a venir a daros algunas instrucciones por si acaso no llego a vieja y cualquier día entráis en el blog y os encontráis con que me he ido con Odin a tomar gintonics. Atended, porque estas serán mis últimas voluntades:
-No quiero más lágrimas de las necesarias. Que se os escurre alguna, bueno, vale. Es bonico, que tampoco es plan de que paséis olímpicamente del tema xD Pero que no quiero que os regodeéis en el dolor y en la tristeza. Yo ya no sentiré nada, o igual (porque no tengo muy claro qué hay más allá) estoy rodeada de dioses nórdicos buenorros y me lo estoy pasando pipa mientras vosotros estáis ahí con la llorera como tontos.
-No quiero que empecéis a dejar comentarios y a escribir posts emotivos donde decís lo mucho que me queríais y lo chachins que era yo. Mirad, majos, a mí las cosas bonitas me las decís ahora, primores. Que te den un Oscar después de muerto es una mierda pinchada en un palo. Si me queréih, decírmelons ahora que puedo arrechucharos y ponerme tiernita, y si no os da la gana porque sois unos rancios o porque os da corte o whatever, que os la pique un pez pero no seré yo la que lave vuestras conciencias cuando estire el rizo.
-Quiero que os vayáis de Gintour en mi honor. Eso sí que es un funeral digno de mis lanas. Quiero que os pongáis escotazo las churris, pantalón marca paquete los maromos. Que hagáis el payaso, que os pongáis ciegos, que bailéis todas las canciones chorra que me gustan (y hagáis twerking) que recordéis los grandes momentos de gintoures pasados y robéis corbatas a gente random.
-Quiero que mi legado quede presente en vuestras vidas en forma de cosas moradas y de ovejas. Que cada vez que tengáis que elegir entre el bolso morado o el negro pilléis el morado, pegue o no, y que si viajáis a Irlanda y os chocáis con un rebañito hermoso, os acoréis de mí con cariño y pavismo. Igual que me encantaría si a partir de ahora empezáis a decir solfalses, primorses, oemehé o porcier. Quiero quedarme en este mundo en forma de pequeños detalles. Yo no quiero ser rica y famosa y que mi legado sea comparable al de Cervantes o Ylenia, no necesito tanto. Pero no sé... me haría ilu si en el futuro vuestro coche se llama Amparo, si os rizáis el pelo el 25 de abril o si os tomáis un bocatabacon con ansia en mi honor. Supongo que lo que me pondría triste no sería morirme físicamente, sino desaparecer de vuestra memoria como si no hubiese existido. Que soy una petarda pero existo y os quiero, jo.
-Quiero que este blog no muera nunca. Es decir, que si yo no puedo estar aquí para actualizar de vez en cuando contando mis chorradas, seáis vosotros los que vengáis a inundarlo con vuestras miserias y frikismos en los comentarios. Hagamos algo grande: el blog colaborativo más multitudinario de la historia, pero encima en los comentarios y no en los posts. Llenemos el blog de vídeos como te voy a dar un byte, Caballo homosexual de la montaña o la Cobra Taka Taka. Continuad mi sección de las 5 peores citas contando las vuestras. Escribid posts-comentario titulados "sal con un gofre" o "sal con una chica que coma bacon". Haced lo que queráis de Una de Rizos..., pero no dejéis que caiga en el olvido mientras os sea posible.
-A mi familia y amigos les pediría que no me enterrasen ni me hiciesen misas innecesarias. Quiero flores moradas, eso sí. Pero misas y parafernalias, no. Y si podéis pisar el cementerio lo menos posible, mejor. Y con mis cenizas la verdad es que no sé... igual ni me entero, por eso tampoco es que me importe mucho qué hacéis con ellas. Podéis trollear un poco y llevarlas a la siguiente HoliRun xDDD Pero en fin, que no quiero tampoco que tengáis lo que quede de mis lorzas serranas en un columbario y que tengáis que estar pagando por mi urnita forever. No me merece la pena. Yo quiero que me llevéis en el corazón y que no me olvidéis, pero físicamente ya no estaré aquí y es tontá.
-Quiero que se quede con mi colección de velas de la #balidomancia quien las sepa valorar como se merecen. Con mi cuenta de Netflix quien no sepa vivir sin series. Con mi Nico quien le sepa entender y querer de forma incondicional.
-Y, sobre todo, quiero que seáis felices y que mi muerte no trastoque vuestros planes. HABER, que diría Gordi, que aquí nos vamos a ir muriendo todos y lo único que pasa es que me ha tocao a mí primens.
See you on the other side.