De lo Pragmático a lo Fantasioso

Publicado el 31 mayo 2012 por Acafeole @acafeole

[El post de  hoy  lo redacto  en  colaboración  con Manuel Ángel Morales (@angel_neoars) ]
   Crear inquietudes utópicas ha sido un hecho en todo proceso histórico. Un precedente notable nace en la Ilustración; aquella arquitectura colosal, de escala titánica; el arquetipo en la arquitectura soñada de Boullée frente a la materialización de la idea de Control y racionalización que empezaron a manifestarse.
  Con Archigram en el siglo XX tenemos una aportación teórica y una invitación a la reflexión sin precedentes en el movimiento moderno, fruto de la libertad que da el desarrollo tecnológico y material en el proceso constructivo. Somos herederos de un trabajo excepcional entendido desde una búsqueda libre e individual de la forma.
   Somos también beneficiarios de un desarrollo del proceso material y constructivo tan intenso y tan rápido que la sociedad aún no ha asimilado y descifrado tanta información. Si a pié de calle presentásemos los proyectos utópicos del grupo Archigram se tacharían automáticamente de futuristas, y desde luego no los situarían en los años sesenta del pasado siglo; por ello me haría la siguiente pregunta: ¿Por qué no se trasladó la evolución y la disponibilidad tecnológica a la estructura de la ciudad y del territorio? ¿Por qué todo se queda en el olvido? ¿Por qué no se pone esas inquietudes al servicio de la época de forma coherente?¿ Por qué se queda todo en una mera anécdota, a pesar de que el hecho acontezca en países más avanzados industrialmente?.
   Con la arquitectura de la alta tecnología, “high tech” o arquitectura neoproductivista,  aparece un desarrollo escultural, estructural y monumental, en un modelo urbano y  territorial ajustado y obsoleto, estableciéndose un hito anecdótico con calzador. Por otra parte ése desarrollo tecnológico ha implicado en muchos casos la fabricación en serie de productos industrializados que desembocan en la restricción y  fragmentación de la libertad del individuo (NO NOMBRO EJEMPLOS PARA NO CREAR ENEMIGOS)
   En la actualidad, las tecnologías puntas que poseemos en nuestras manos son meras anécdotas (telefonía móvil, vehículos, redes…), ya que el espacio que habitamos sigue embutido entre materiales y técnicas constructivas anacrónicas, si me lo permiten. Somos contemporáneos para el coche, el móvil y poco más; para el territorio, la ciudad y la vivienda no.
  Quizá la situación monstruosa de cambio que estamos atravesando, ésta mutación social, sirva para plantearnos y debatir sobre “la involución”. Quizá ha llegado la hora de reflexionar y aprender del pasado para construir el futuro con coherencia y responsabilidad temporal y social.
   En búsqueda de una idea
   ...Según la doctrina idealista, los verbos vivir y soñar son rigurosamente sinónimos; de miles de apariencias pasaré a una; de un sueño muy complejo a un sueño muy simple... Jorge Luis BORGES en EL ALEPH

Manuel Ángel Morales



  Sigo haciéndome las mismas preguntas que se plantea mi compañero Ángel, ¿Por qué no se trasladó la evolución y la disponibilidad tecnológica a la estructura de la ciudad y del territorio? ¿Qué es lo que ha pasado? Nos dejamos seducir por la última genialidad de Steve Jobs, aplaudimos las excentricidades de David Delfín, recuerden somos modernos, llegaríamos incluso a hipotecar nuestras casa por la última genialidad de Ferrari. Pero, ¿qué pasa con la ciudad? ¿Cómo vivimos en nuestra ciudad? No hemos evolucionado, no nos hemos estancado, es aún peor, hemos dado un paso atrás. Es anecdótico, lo es. Estamos encerrados en una espiral de ranciedad, clasicismo y horterismo.
  ¿Para cuándo un paisaje en mutación? Aplaudo, silbo y hasta bailo ante actuaciones como la de Gehry en Bilbao y Niemeyer en Avilés. Tan diferentes, tan iguales. El acre paisaje circundante, una ría degradada, el litoral Cantábrico, un programa dotacional, la industria como telón de fondo, el contraste con el casco histórico, un espectáculo. Hablo de pequeños latidos, de un empujón, un renacer, un impulso, un tejido que se regenera, un regalo cargado de optimismo para la ciudad.
  Dejo los monumentos a un lado para hablar de cosas menos espectaculares pero no por ello menos importantes. Vuelvo a pensar en el tejido y me vienen a la cabeza urbanizaciones masivas, dignas de María Antonieta. Llenas de corrupción, ornamento y delito. Así hacemos ciudad. No hay rasto de evolución, ni tampoco se la espera. El futuro no es alentador, pero yo quiero ser optimista.
  Me sigo haciendo preguntas, vuelvo a espectáculo que más juego ¿qué esto del Eurovegas? Lo he buscado en el diccionario, decía algo así como que era vicio, locura y lujuria. No he querido saber más. En mis intentos de mirar hacia otro lado me encontré con Valencia, con una alfombra roja,yo pensaba que eran los Oscar y que de un momento a otro aparecería Natalie Portman con un vestido mint de corte griego. No fue así, una vez más estaba equivocada, era el nuevo parque erótico festivo de Ferrari, perdón me patina la léxica y yo quería decir temático, o tal vez quería morirme.
  No sé porque me hago tantas preguntas ¿construiremos un futuro con coherencia? (risas enlatadas) No sé lo que pasará en un futuro, no sé si mis ojos verán el Eurovegas, si me iré a EuroDisney, si seguiremos siendo los primos del riesgo, si las ordenanzas urbanísticas municipales se seguirán redactando entre café y café de las doce, no sé qué será de mí, tampoco sé si seguirá habiendo arquitectos en España o ya nos habrán echado a todos. Lo que sí sé, es que aún queda todo por hacer. Quizá tengamos que recuperar esa clase de historia de cuarto en la que hablaban de Archigram. Quizá ahora más que nunca haga falta unión, educación social, ideas, utopías, propuestas, emprendeduríasy sobre todo más sentido común para comenzar a construir un sueño.
Más Publicaciones de Manuel Ángel  Morales:
AL-AZHAR, Aroma de leyenda (http://www.acafeole.com/2012/03/al-azhar-aroma-de-leyenda-parte-ii.html)
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