Revista Diario
De luto
Publicado el 17 mayo 2014 por Alicia Y.h.Para mi la amistad consiste en comprender y tolerar al amigo. En aceptarle tal como es, con sus virtudes y sus defectos, en permanecer a su lado en los buenos y los malos momentos. En superar las dificultades y los desencuentros que inevitablemente surgen en toda relación. En no juzgar ni condenar.
Pues bien, acabo de sufrir un gran desengaño, y no es la primera vez que me pasa. Debo tener un problema, porque no sé elegir bien a mis amistades, o creo que alguien lo es cuando ante el primer contratiempo me demuestra que no lo era. Porque alguien que creía que era amiga me ha hecho sentirme incomprendida, juzgada, condenada e incluso insultada. Injustamente. Sin siquiera darme la oportunidad de dar una explicación.
Hoy es un día de luto para mí. Un día triste y negro (a pesar del sol que brilla fuera). Sólo me consuela que tengo una buena amiga, de verdad, de hace muchos años, que cumple con todo lo que he explicado en el primer párrafo y con quien he podido desahogarme. Con ella he pasado muy malos momentos y siempre ha estado a mi lado. Y yo al suyo. Hemos tenido roces y encontronazos, pero los hemos superado por el cariño que nos tenemos, que ha sido más fuerte que cualquier malentendido o enfado.
Su existencia me tranquiliza, porque me hace pensar que quizá el problema de no encontrar más amistades no es sólo mío. Hay gente con demasiado orgullo y soberbia que son incapaces de ponerse en la piel ajena ni de perdonar los defectos del otro. Y mi amiga, gracias a los dioses, no es así.
Como digo siempre que me ocurre algo parecido, mejor sola que mal acompañada.
Dedicado a Nuria, mi cántabra favorita.