El medico se acercó y le dijo a mi mujer lo que ocurría. María vino a mí llorando, me explicó que la enfermedad traería muerte en poco tiempo, sin pensarlo quedé en la luna de valencia unas cuantas horas, preocupándome por lo que haría con el tiempo faltante. Me percate que mi tiempo era aun más limitado por ser descuidado y abstraerme completamente hasta llegar a un cierto grado de locura, denominada por mi mujer. Me saqué de un tirón los cables que tenía por todo el cuerpo, me senté en la camilla y me vestí. Me vi obligado a escaparme e investigar si la vegetación de los grandes bosques, me podían ayudar a despejarme y me fui. Lo ultimo que vi de mi esposa fueron estrellitas caer de sus grandes ojos, la luz del sol era la clave para observar el mar y verlas reflejadas, como un espejo de las sombras cuando la claridad topa los árboles, dejándolos expresarse. El viento hacia volar estrellas y caían al piso fallecidas una y otra vez. No reflexioné sobre sus preocupaciones, ya que el paisaje que me imaginaba era el mas bello aun nunca visto por mi. Agarre un anotador y lapiceras y partí a plena selva.En su estadía por ese lugar, Dante escribió:Más información »
El medico se acercó y le dijo a mi mujer lo que ocurría. María vino a mí llorando, me explicó que la enfermedad traería muerte en poco tiempo, sin pensarlo quedé en la luna de valencia unas cuantas horas, preocupándome por lo que haría con el tiempo faltante. Me percate que mi tiempo era aun más limitado por ser descuidado y abstraerme completamente hasta llegar a un cierto grado de locura, denominada por mi mujer. Me saqué de un tirón los cables que tenía por todo el cuerpo, me senté en la camilla y me vestí. Me vi obligado a escaparme e investigar si la vegetación de los grandes bosques, me podían ayudar a despejarme y me fui. Lo ultimo que vi de mi esposa fueron estrellitas caer de sus grandes ojos, la luz del sol era la clave para observar el mar y verlas reflejadas, como un espejo de las sombras cuando la claridad topa los árboles, dejándolos expresarse. El viento hacia volar estrellas y caían al piso fallecidas una y otra vez. No reflexioné sobre sus preocupaciones, ya que el paisaje que me imaginaba era el mas bello aun nunca visto por mi. Agarre un anotador y lapiceras y partí a plena selva.En su estadía por ese lugar, Dante escribió:Más información »