Tan en serio me tomé los propósitos del 2013 que ayer ya tuve mi primera clase de Body Combat.
Fui con miedo, no os voy a engañar. Después de mi lesión en la rodilla tengo pavor de hacer cualquier movimiento brusco, pero me encanta tanto el combat que dije..bah!
Todo fue bien. No me hice daño (aunque no di el 100% por si acaso) y no me duele nada la rodilla.
Y hoy estoy supermegahiperfeliz.
No sé si es que forma parte de mi viaje mensual en mi montaña rusa personal, o es que el ejercicio me ha sentado tan sumamente bien que hoy ya he notado los efectos.
Además, estoy con un punto sensiblón (estoy en "esos días") y que cualquier detalle bonito me da ganas de echarme a llorar de felicidad...
Me siento como que tengo mucho amor que repartir y me apetece abrazar y besuquear a todo aquel que se me plante delante...
Estoy fatal, no?