De nuevo, la Navidad.

Publicado el 10 diciembre 2010 por Marga @MdCala


Otra Navidad que se acerca y, de repente, todos los pensamientos, actos y ritos que no íbamos a repetir nunca más (eso dijimos el pasado 31 de diciembre) se reúnen de nuevo en nuestros presentes y próximos días.
Los pensamientos contribuían a unos acercamientos que no tendrán lugar -de nuevo- por culpa de la indefectible desidia y necedad. ¿Mía? Quién sabe... Al menos, lo intenté. Como todos los años...
Debemos asumir que no es una obligación de estado la reunión de toda la familia "sí o sí". Debemos aceptar que hay barreras insoslayables que un día la incompatibilidad levantó y ahora, pasado el tiempo y la ocasión, no hay quien derribe por mucho que una servidora intente empujarlas. Nunca he tenido gran fuerza física.
De nuevo nos veremos en apuros por este o aquel regalo de Reyes que se nos resiste: Justin Bieber que estás hasta en la sopa... ¿cómo no se te encuentra en casa de discos alguna...?
Una vez más, nos enfrentaremos a ese padre, tío, hermano, cuñado, primo, amigo, vecino (lo siento, Bibiana, pero para mí el masculino escrito engloba los dos géneros...) o quien quiera que nos toque de cerca dispuesto a tocarnos algo más, esto es: las narices. Y de nuevo nos prometeremos no repetir encuentro... hasta el año que viene. La unión familiar es lo que tiene.
Un año más reduciremos el número de tarjetas de felicitación que enviaremos por correo. En teoría, ahora se nos felicita por la Red. En teoría. Hay quien no tiene Internet, sí... ¿pero tampoco tiene bolígrafo... ni teléfono...? Este año creo que sólo escribiré una; dos a lo sumo. C'est la vie...
Y en su lado positivo... también se renovará -en mi caso particular- la alegría de mis hijas perpetrando galletas caseras conmigo (algo que no hacemos el resto del año), sus caras de felicidad al ver a su abuela materna en Nochebuena, con una vitalidad y sentido del humor que ya quisieran para sí muchos jóvenes, los nervios de las uvas y de la Noche de Reyes (aun con 14...), y la contemplación de unos fuegos artificiales que solemos ver desde la terraza de casa y que no sabemos a quién agradecer, recién comenzado el Nuevo Año.
Igualmente renovaremos planes (para cuando termine la crisis...), ilusiones, risas, buenas vibraciones, deseos, propósitos (alguno se cumplirá) y daremos gracias a la vida por estar juntos y saludables. Brindaré porque ninguno de vosotros me falte en estas fechas, ni en el próximo 2011.
¡Feliz Navidad! Y gracias por el apoyo -de todo tipo- recibido con respecto a mi primera novela. Gracias... de corazón.