Llevo mucho tiempo observando el panorama literario que últimamente rula por las Redes Sociales y la verdad que deja mucho que desear desde que la autopublicación arrasó como si fuera la panacea para dejar de ser pobre. Me resulta tremendamente patético lo que encuentro día tras día en los muros de algunas personas que dicen llamarse escritores, y sus amigos de los amigos y creo que la profesión se les ha ido «un poco» de las manos.
Recuerdo que hace un tiempo vi la película El editor de libros, un drama biográfico sobre el editor de libros más admirado en el mundo. En ella se reflejaba cómo era en realidad ese círculo literario al que tenían acceso los verdaderamente buenos; los que trabajaban sus novelas para ofrecer algo realmente interesante y que llegara a conectar con todo el público. Y sentí cierta nostalgia de aquella época, aunque no la viví, hablamos de unos cuantos años atrás, ya que creo que hoy se ha perdido la esencia de lo que es publicar una novela. Que no exista un filtro que valore lo que llega al público hace que el más avispado se autoproclame el «rey del mambo» cuando, si analizamos lo que ofrece, no llega ni tan solo a paje. Con esto no quiero decir que no haya buenos autopublicados, que los hay y muchos, además.
Esas estrellas tan deseadas por los escritores
Alguna vez he paseado por los comentarios de amazon, y si lo mencionado antes me parecía patético, esto me produce estupor y pánico. Encontrarme con una pelea de patio de vecinas entre los seguidores y los moscardones que solo entran para descuartizar un libro a fin de que no se compre y tenga más visibilidad uno en concreto, me reafirma en todo lo que he comentado más arriba y me da mucho en qué pensar sobre todo esto. ¿Realmente merece la pena ganar lectores de esta manera? Yo creo que no, porque serán ellos mismos los que te pongan en tu lugar antes o después.Tú eliges, hacer las cosas bien y llegar por la puerta grande aunque tardes en entrar o de cualquier manera y antes o después terminar estrellado, que no con estrellas.