Ayer me encontré una envidia chiquita y la maté a palos.
Revista Talentos
Un día me encontré un miedo pequeñito, me lo traje a casa y lo alimenté hasta que se hizo grande. Empezó a reproducirse y nacieron mil miedos: a las alturas, al fracaso, a los espacios cerrados, a la oscuridad...
Ayer me encontré una envidia chiquita y la maté a palos.
Ayer me encontré una envidia chiquita y la maté a palos.