Revista Diario
De rumbos y rumbas
Publicado el 03 enero 2013 por Evamric2012El rencor se ha dormido ya tantas veces en la almohada de los sempiternos adioses, que es una pesadilla tan vieja, que se amarga sola en los rincones del recuerdo.El amanecer se funde con las hojas muertas de un otoño que dio paso a un invierno lleno de esperanzas por estrenar y se destila en el licor de este trayecto adormecido, en ese tiempo que no fue y tal vez será embriagado por las horas del crepúsculo y la nostalgia de aquella mirada que languidece en mi aliento. Cuando la vida nos ha arrastrado a esa marejada de olas, y la más traviesa, nos ha besado en la boca, no una, sino mil veces, un océano de posibilidades será siempre infinito pues nos ha cubierto de sales y arenas el dulce despertar de los silencios en el cuerpo de por vida.Y entonces un día, con ese algodón de azúcar agridulce en la boca, giramos de nuevo en una noria y compramos un billete en la feria para cualquier atracción rumbo a un nuevo destino.No es desesperación, no es incapacidad a hacerle frente a la soledad, no es caer y no haber aprendido a levantarnos. Es sencillamente andar de nuevo y plantarle una sonrisa sin caries a la vida, solos o acompañados.Ya habrá tiempo de acudir al dentista.A veces los caminos pueden parecer un pelín enrevesados…Soltamos lastre entonces y volamos con el viento hacia esa parte de nosotros mismos que necesitaba un buen meneo y nos dejamos de nuevo crecer las alas que nos mutilaron.Dejamos atrás lo insípido de los sueños cobardes.Y dibujamos perfiles más acordes a nuestro presente, menos escurridizos. Les hacemos un contorno más firme, menos difuminado. Dejamos de jugar al escondite y nos ponemos a buscar tesoros en el mapa de una isla cuyo nombre existe en nuestro universo, acompañados de piratas de ilusiones, grumetes, y de una tripulación que tras naufragios compartidos y algo de tierra firme, sigue fiel a la aventura. Porque anduve tanto tiempo cubierta de hipócritas que se siguen llenando la boca con la palabra dignidad, honestidad, y verdad… que será que sus lenguas viperinas ya encontraron antídoto en la sangre que corre por mis venas. Porque cuando te han dolido, lo mejor es darle una puñalá a cualquier pena.Y seguir bailando, que para eso se inventó la música, el fandango, la copla, los boleros, el rock... o una buena ranchera, como para arroparnos cualquier estado de ánimo pérfido e insatisfecho. Aquí va una ranchera...
La próxima... una Rumbita.